Justamente porque hay unos 1,700 millones de personas en el mundo sin cuenta bancaria y, de acuerdo con el Grupo Consultivo para Asistir a los Pobres (CGAP por sus siglas en inglés), asociación internacional para impulsar la inclusión financiera, muchas de quienes sí la tienen obtienen muy poco valor, así que una tercera parte de la población adulta del planeta carece de estos servicios que podrían ayudar a mejorar radicalmente sus vidas.
La visión del CGAP es empoderar a la gente para aprovechar oportunidades y desarrollar resiliencia: ahorrar para la educación de los hijos, acceder a préstamos para insumos agropecuarios, tener algún seguro contra desastres naturales o enfermedades. En suma, hay una necesidad ancestral que ahora, gracias a la tecnología, puede cubrirse con profundidad y rapidez. Derivado de ello se abre un inmenso mercado.
Más aún, casi 50% de las personas no bancarizadas se concentra en unos pocos países, principalmente India, Indonesia, China (zonas rurales), Nigeria, Pakistán y México, como destaca un análisis recién publicado de Standard & Poor’s sobre el futuro de la banca, donde prevé que el uso de efectivo podría ser casi una reliquia en 10 años, y no sólo en los países ricos.
El propio Fondo Monetario Internacional ha mandado señales en la misma línea: el dinero digital transformará hasta la raíz al sector financiero y los países emergentes y de menores ingresos pueden cosechar los mayores beneficios. Básicamente, la llave del acceso a bajo costo a transferencias y servicios con un simple teléfono celular, sin necesidad de cuentas bancarias tradicionales. Y así, acelerar la conectividad, el comercio y la integración de mercados.
Difícil encontrar mejores oportunidades de impacto socioeconómico, a diferencia de “transformaciones” que en esencia son mucha retórica y una pizca de ocurrencias. Ya hemos hablado del gran proyecto de inclusión financiera de nuestro gobierno: construir 2,700 sucursales del Banco de Bienestar con el Ejército como contratista, que ha tenido dificultades hasta para encontrar proveedores idóneos de cajeros automáticos.
Sistemas de corresponsalías, pagos con código QR y terminales de punto de venta accesibles, lo mismo que emprendimientos disruptivos, están llegando mucho más lejos y rápido con una fracción de la inversión. Greta Bull, CEO de CGAP, quien en su visión del desarrollo fintech coincide con el supuesto principio de nuestro gobierno de “primero los pobres”, ha destacado casos concretos y con resultados tangibles en todo el mundo, sobre todo en Asia y África.
En Malawi, los agricultores con nuevas cuentas de ahorros pudieron gastar más en equipos y el valor de sus cultivos aumentó 15%; en los hogares encabezados por mujeres kenianas con servicios de dinero móvil aumentaron 20% los ahorros. En indonesia, la empresa Gojek, que empezó en 2010 como centro de llamadas para mensajería y transporte en dos ruedas, ahora es una súper app multiservicios, incluyendo pagos y productos financieros, con una capitalización de mercado de 10,000 millones de dólares.