Con la reapertura gradual de actividades económicas, sectores industriales (transformación y construcción) con integración a las cadenas de valor global han aumentado el número de puestos formales a una velocidad mayor que el promedio. Por otra parte, el sector comercio y de servicios muestra un menor ritmo de recuperación, por la mayor necesidad de contacto intensivo de dichos sectores.
Durante la pandemia, las ramas de actividad que han sufrido una mayor contracción (comercio, hospedaje y servicios de preparación de alimentos, y servicios diversos) tienen una sobrerrepresentación de mujeres, por lo que sus puestos de trabajos se destruyeron con mayor frecuencia que aquellos de los hombres.
Si bien con los datos del IMSS recién publicados se observa que en estados con alta concentración del empleo en actividades relacionadas al turismo como Quintana Roo y Baja California Sur se presentan tasas anuales de recuperación altas en el nivel de empleo formal, en ninguno de estos estados se ha recuperado el nivel de empleo formal observado en febrero de 2020.
Este mayor ritmo de recuperación en estados con alta concentración del empleo en actividades como el comercio y servicios podría ser una de las explicaciones de que los puestos de trabajo de las mujeres crecieron a un ritmo mayor que el de los hombres (4% vs. 3.1% anual) en junio de 2021.
Continuando con las variaciones estatales y sectoriales, es importante destacar el caso de la Ciudad de México. La actividad económica de la capital se concentra alrededor del comercio, los servicios financieros y de seguros, el transporte y el turismo. De acuerdo con la SEDECO de la CDMX , dichas actividades aportan poco más del 90% del total del PIB de la Ciudad.
La denominación de la capital como una “ciudad de servicios” implica entonces que sea también uno de los estados con una recuperación más lenta, pues no sólo no ha recuperado el nivel de empleo formal observado en febrero 2020, sino que además presentó una tasa de decrecimiento anual del (-)1% en junio de 2021.
La recuperación de los puestos de trabajo formales ha sido entonces desigual entre sectores y entidades federativas, así como entre hombres y mujeres; por tanto, las políticas públicas para la recuperación del empleo deben estar diferenciadas para atender las distintas necesidades que se presentan en los estados, sectores y grupos de población.