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La regla que no 'mide' la realidad

Es el análisis y el estudio de las condiciones macroeconómicas financieras coyunturales lo que parecen soportar las decisiones de política monetaria en la actualidad, señala Ángel Huerta.
vie 06 agosto 2021 12:13 AM

(Expansión) - Tras el choque en la economía global que mostró la emergencia sanitaria, los ojos del mundo voltearon a ver a los bancos centrales esperando a que ayudaran para superar la crisis mediante el estímulo monetario, aun cuando el pleno empleo no fuera su mandato explícito.

Y así fue: a partir del tercer trimestre del 2020 las autoridades monetarias de muchos países anunciaron recortes en las tasas de interés, aumentaron sus hojas de balance, aceleraron programas de compra de activos, relajaron los requerimientos a la banca comercial, e inyectaron enormes cantidades de liquidez a la circulación, buscando resarcir los efectos económicos de la pandemia. Destacaron especialmente las medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos, del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra.

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A más de un año de las primeras acciones, con una pandemia aún sin superar, pero con la economía global encaminada a la recuperación, los ojos del mundo vuelven a los bancos centrales, pero ahora buscando garantías contra un riesgo que hasta hace poco pasaba desapercibido y que de una u otra forma es consecuencia de las primeras medidas: la inflación.

Es cierto que, ante la preocupación por los recientes riesgos inflacionarios, diferentes funcionarios de los principales bancos centrales, los han desestimado al considerarlos temporales, y de hecho los pronósticos de la variable en la mayoría de las economías desarrolladas y emergentes apuntan a que se normalizaría durante el próximo año, no obstante, las autoridades monetarias le darán especial seguimiento al desarrollo de la inflación.

En este contexto surge una discusión interesante sobre las herramientas de las que disponen los banqueros centrales para combatir la inflación.

Con muchos matices, circunstancias específicas, y con un respaldo técnico detrás, la política monetaria básicamente funciona así: cuando la economía está por debajo del pleno empleo, se opta por bajar las tasas de interés, haciendo más accesible el financiamiento y el crédito, logrando así un estímulo.

Por otro lado, mientras la economía ya se encuentra en pleno empleo o cercana a ese nivel, si el estímulo continúa, se corre el riesgo de sobrecalentarla, pues la gente con más dinero demanda más, y como consecuencia los precios se ven presionados y se deben subir las tasas de interés. Insisto: lo anterior, es una simplificación del funcionamiento de la política monetaria y de la economía.

El criterio que siguen los banqueros centrales para subir o bajar la tasa de interés se conoce como regla de política monetaria, la cual no es más que un cálculo matemático que busca hallar la tasa de interés óptima para cada economía y en cada momento.

La regla de política sugiere cuál debería ser el sentido de los cambios en el referencial (o en todo caso, mantenerla sin cambios), aunque por sí misma es insuficiente para tomar una decisión monetaria, pues no aporta información sobre la magnitud de los movimientos.

Además, su estimación es rígida y puntual, contrario al comportamiento real de las variables económicas que siempre tienen cierto grado de cambio e incluso, muchas de ellas son prácticamente inestimables, lo que aumenta significativamente la probabilidad de incumplir la regla de política.

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¿Qué es la tasa de interés de referencia de Banxico?

De hecho, es el análisis y el estudio de las condiciones macroeconómicas financieras coyunturales, tanto locales como mundiales, lo que parecen soportar las decisiones de política monetaria en la actualidad, y con razón: da más información relevante el estado de la economía, la creación de empleo, y las condiciones de mercado, que una fórmula matemática, por más sofisticada que sea.

De hecho, en toda estimación existen variables imposibles de modelar. Un ejemplo perfecto fue el surgimiento de la pandemia, la cual escapaba a toda regla de política.

Por ello, es importante y necesario señalar que lo anterior no le resta mérito a las reglas, pues acompañadas de una revisión coyuntural de la economía, es una herramienta efectiva para estimar el nivel adecuado de la tasa de interés de referencia en cada circunstancia. Prueba de ello, es que, más allá del ejercicio académico, sigue siendo ampliamente usada hoy día por diferentes bancos centrales.

La crítica radica en la necedad de los economistas técnicos más ortodoxos, de querer matematizar una realidad económica por definición impredecible. Es exactamente la misma crítica que le hicieron a los marginalistas en el siglo XIX.

Nota del editor: Ángel Huerta es analista económico de Grupo Financiero Bx+. Es economista y aprendiz de matemático. Le gustan los tacos, la música clásica, y las discusiones académicas sobre crecimiento económico y desarrollo social. Tuitea, luego existe en @aiihmonzalvo . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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