Hoy, a más de un año y medio de que estallara la pandemia, las organizaciones se concentran en regresar sus procesos de negocio a la normalidad y buscar un punto de equilibrio. En este proceso, han desarrollado un alto nivel de ciber-resiliencia para diseñar e implementar estrategias que les permita afrontar con éxito cualquier amenaza que surja en corto a mediano plazo.
Como el año atípico que fue, en 2020 se registró también un aumento exponencial de los ataques y amenazas. Uno de los principales vectores que utilizaron los delincuentes informáticos fue montar sitios apócrifos, con dominios similares a los de las marcas, a fin de afectar a los usuarios.
De acuerdo con un estudio sobre ciberseguridad, elaborado por el Cyber Defense Center de Minsait, las amenazas detectadas en el 2020 que utilizaron dominios similares a los de marcas genuinas representan un 61%, de los ataques web, así como impactaron de manera importante a los sectores financiero, seguros y fianzas, salud y gubernamental, siendo México uno de los países más afectados.
Entre las técnicas más utilizadas para realizar fraudes destacan los engaños a través de mensajes de texto (SMS), llamadas telefónicas simulando ser el call center de las empresas y el engaño a través de correo electrónico (phishing).
El robo de identidad fue, asimismo, un riesgo crítico. Las cifras de robo de credenciales de acceso se incrementaron considerablemente y, por ende, su publicación en medios sociales, la Dark Web y la Deep Web con el propósito de atacar a las organizaciones. En México, el riesgo con mayor incidencia y preocupación fue la pérdida de datos y la filtración de información, que afecta al 60% de las organizaciones.
En cuanto al robo de información de personas, su extracción y divulgación también se aceleró considerablemente. Durante el año pasado, se observó una fuerte tendencia en el uso de redes sociales para engañar a usuarios finales: 44% de las amenazas detectadas estuvieron relacionadas con el trámite ilegal de servicios para instituciones financieras, vinculado con préstamos y créditos bancarios.
Lo que los directores de Seguridad (CISO) han sacado de su experiencia de los últimos meses es que, cuando se trata de identificar riesgos y definir una estrategia de ciberseguridad, es importante regresar a lo básico: utilizar contraseñas robustas y una buena gestión de estas, y fortalecer esta práctica con factores de doble autenticación que ayuden a mejorar el control de acceso.