Por lo que hace a la Ciudad de México, los concursos mercantiles más sonados han sido los de Altán Redes e Interjet, los cuales se encuentran en la fase de la visita de verificación, la cual tiene como fin proporcionar al juez información a efecto de que pueda determinar si dichas empresas se encuentran en insolvencia, en términos de la Ley de Concursos Mercantiles.
Llama la atención que, si bien estas dos empresas se encuentran en la misma etapa del procedimiento, ambas presentan un panorama distinto.
En Altán Redes, el poder Judicial actuó relativamente rápido: en un par de semanas se admitió a trámite su solicitud de concurso mercantil y el IFECOM designó a un visitador para llevar a cabo la visita de verificación y elaborar un dictamen en el que se determine si debe declararse en concurso mercantil a Altán Redes.
En Interjet, un acreedor demandó la declaración de concurso mercantil de la aerolínea, incluso pidiendo que se le pusiera en estado jurídico de quiebra y por ende proceder a la liquidación de sus activos. La demanda fue admitida en abril de 2021.
El concurso de Interjet se ha topado con varios obstáculos para la tramitación del procedimiento. Para empezar, hasta junio se pudo emplazar a la empresa. A la fecha ha sido imposible realizar la visita de verificación para revisar la situación de insolvencia de Interjet, debido a la huelga que inició el sindicato de trabajadores de la aerolínea desde el 8 de enero de 2021, circunstancia que ha impedido al visitador y a su personal ingresar a las instalaciones.
Cabe señalar que Interjet manifestó estar de acuerdo con entrar a concurso mercantil, pero se opuso a la declaratoria de quiebra, y pidió en cambio que se iniciara la etapa de conciliación con la intención de encontrar una manera de salvar a la empresa; por otro lado, solicitó no realizar la visita y pasar directamente a la sentencia de concurso mercantil. Aparentemente este asunto tardará tiempo en avanzar y resolverse.
La diferencia de avance en el concurso mercantil de estas empresas puede atribuirse, al menos en parte, a la ausencia de tribunales especializados en materia mercantil. En efecto, cuando un concurso se complica, se vuelve en extremo litigioso y se presentan cuestiones novedosas o “creativas” planteadas por los abogados de las distintas partes, el proceso parece entrar en una zona de confusión y congestión, y de pronto, los concursos se empantanan y duran años y años.
Hemos visto ya—y ha sido ampliamente reportado—que varias empresas mexicanas han optado por irse a Estados Unidos a tramitar su concurso mercantil, a pesar de que tramitar un concurso allá resulta mucho más caro que hacerlo en México.