(Expansión) – Para el próximo mes de septiembre podríamos observar un repunte de empresas que podrían recurrir al concurso mercantil, con el objetivo de darle continuidad al negocio y salvaguardar el empleo de los colaboradores. Esta herramienta, que por muchos podría no ser bien vista, es en realidad un mensaje de buena voluntad por parte de las compañías para hacer frente a sus compromisos: su finalidad es que las organizaciones tengan un espacio, cuando se presentan problemas de liquidez, para reestructurar sus finanzas y cumplir sus obligaciones de una manera más sencilla.
Cabe destacar varios aspectos al respecto de este instrumento. En primer lugar, no implica la quiebra: de hecho, un número importante de las compañías concluyen el proceso exitosamente. Además, permite suspender el pago de los adeudos contraídos con anterioridad a la fecha de presentación, se suspenden los mandamientos de embargo y de ejecución contra bienes de la empresa y puede seguir siendo operada por sus administradores. ¿Un beneficio adicional? Permite llegar a mejores acuerdos con los acreedores, sobre todo con aquellos identificados por las empresas como muy duros negociadores.