Entre los indicadores más preocupantes se observa que la serie que ya rebasó su nivel previo a la pandemia es la de informalidad laboral. El INEGI calcula que actualmente el 56.4% de la población ocupada se encuentra en un empleo informal. Más de la mitad de las personas que trabajan en nuestro país no cuentan con un vínculo formal ni prestaciones sociales básicas.
En este camino a la recuperación económica en México la informalidad ha mostrado una vez más ser más fuerte que la formalidad.
Y dentro de todos los indicadores de empleo, me parece que hay que poner particular atención en la tasa de subocupación. Esta tasa nos muestra a las personas que sí trabajan pero tienen la necesidad y disponibilidad para trabajar más horas. Es esa una de las principales variables con las que podremos evaluar cuando realmente el empleo haya recuperado sus condiciones y calidad de antes de la crisis ocasionada por la pandemia.
En este indicador se observó una disminución en septiembre, pero hay que considerar que viene de presentar sus niveles máximos históricos en el segundo trimestre de 2020.
Al ver la imagen completa, es claro que las disminuciones en la tasa de subocupación se están frenando y en lo que va del 2021 se ha mantenido en niveles superiores al 12% de la población ocupada. Esto quiere decir que las tasas de subocupación se encuentran muy por encima de las de alrededor del 8% que se observaban antes de la pandemia y no se ve una tendencia a la baja que nos indique que vaya a retomar esa trayectoria pronto.
Se requiere poner más atención a la tasa de subocupación porque el progreso en ese indicador en los últimos meses ha sido prácticamente nulo. Si bien disminuyó en septiembre, en julio y agosto se había incrementado y la tasa actual es muy cercana a las de mayo y junio de 2021.
Así, actualmente hay aproximadamente 6.8 millones de personas en México que necesitan trabajar más horas y están disponibles para hacerlo. No podremos hablar de prosperidad en el mercado laboral, incluso cuando se anuncie que en octubre por fin recuperamos todos los empleos registrados ante el IMSS perdidos durante la pandemia o se celebre un nuevo máximo histórico en los empleos formales, mientras más de 6 millones de personas están subocupadas y 31 millones en informalidad laboral.
El incremento en la tasa de informalidad y la falta de convergencia a menores tasas de subocupación es alarmante, pues ambas condiciones laborales normalmente implican menor productividad e ingresos y, por lo tanto, menor bienestar.