Esto se pone interesante. El famoso programa, que el gobierno federal implementó durante el pico más alto de la pandemia, dejó dudas, generó incertidumbre y no cumplió con su propósito. Enseñar y aprender mediante televisión resultó ser una pesadilla.
Los resultados del programa
Para no extender tanto este análisis de resultados, hablaré de dos temas clave: (1) la adopción de tecnología en el sistema educativo -incluyendo la conectividad- y (2) la salud mental de todos los involucrados en este proceso.
En el documento desarrollado por el CONEVAL se expone que tan solo el 37.6% de los hogares en nuestro país cuenta con equipo de cómputo y 52.1% cuenta con conexión a internet. Si esta cifra no es alarmante, esperen. En el ámbito rural, 12% de los hogares dispone de computadora, laptop o tableta y únicamente el 18.7% cuenta con acceso a internet.
Conectividad como eje central de la discusión
Mi primera conclusión: la conectividad y el acceso digital son derechos básicos de todos los seres humanos, sin embargo, muchos mexicanos no pueden acceder a ellos. Tenemos que garantizar el acceso a internet, construir la debida infraestructura y de verdad conectar a México.
El documento explica que uno de los problemas al implementar el programa Aprende en Casa fue el “acceso diferenciado” -es decir, la desigualdad en acceso- a dispositivos tecnológicos y servicios esenciales como la energía eléctrica y la telefonía. ¿De qué manera se puede estudiar a distancia si no hay luz eléctrica en zonas del país? Me parece asombroso que un programa a nivel nacional no haya tomado en cuenta estas generalidades para desarrollarse y cumplir sus objetivos.
Platiqué con varios profesores en distintos niveles sobre los resultados del CONEVAL. Ven muy complicado generar un seguimiento en el proceso de aprendizaje de sus alumnos. Sobre la marcha encontraban diferentes escenarios en temas de conectividad, desde los niños que asistían a clases presenciales, hasta aquellas solicitudes de padres de familia en donde pedían permiso para ausentarse porque no había internet en casa para atender la sesión o para subir la tarea.
El reto crucial que enfrentaron padres o tutores durante la educación a distancia fue contar con una conexión a internet o telefonía móvil.