¿Cómo dar la bienvenida a una transformación organizacional?
Toda organización tiene un ADN, un sistema de creencias, valores y estándares de comportamiento, que se refleja en la forma de trabajo y las interacciones entre las personas. La cultura es el elemento clave que ayuda a identificar el propósito mayor del equipo, crea conexión, confianza y permite afrontar los retos con entusiasmo.
Una sólida cultura interna, revisada y replanteada, perfectamente comunicada y asimilada, sienta las bases para adoptar los cambios. Esto es tarea sencilla cuando existe convicción y compromiso, especialmente para entender lo que significa ser líder más allá de las posiciones formales, significa ser intencionales en trabajar con las personas, respondiendo a valores transversales como la ética, la responsabilidad y el respeto.
Transmitir e inspirar
El liderazgo en la organización tiene un doble compromiso durante un proceso de cambio. Los líderes deben ser los primeros convencidos de que es necesario transitar a nuevos estadios y ser ejemplo de la transformación. Un liderazgo compasivo, consciente y positivo es el fertilizante que ayuda a que la cultura florezca, estimulando nuevas capacidades, creando y renovando desde cero procesos y sobre todo manteniendo una mentalidad de aprendices que pruebe y diseñe nuevos métodos.
Manos a la obra
La transformación es una necesidad, una convicción y puede adoptar uno o varios métodos, pero la semilla es la gente. Por eso la organización requiere invertir para desarrollar a las personas, para que estén listas ante los desafíos que impone el cambio. Esto se logra creando las capacidades, entrenando y haciendo saber a los colaboradores que su contribución rendirá frutos. Y desarrollar competencias para nuevas posiciones o responsabilidades de mayor envergadura en igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, procurando cada día mayor impacto en el crecimiento individual y como organización.
Ser transparente
Una organización transparente, clara en sus objetivos, con equipos de trabajo cohesionados y convencidos de su filosofía y su propósito, transita de forma más sencilla entre los vientos de cambio que exige el entorno, la competencia, las nuevas oportunidades de negocio e incluso puede contribuir a desarrollar mejores seres humanos.
Nota del editor: Edith González Villareal es Directora de Talento y Cultura de Grupo Financiero BASE. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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