Esta misma situación afectó a grandes compañías con estructuras, que, en su momento, se creían sólidas. ¿Qué fue lo que hizo la diferencia? Su capacidad de transformarse, la cual es muy diferente al ajustarse a lo que va sucediendo. Una transformación, para que tenga un impacto significativo, tiene que venir desde raíz. Y, ¿quiénes son los indicados para liderar esta transformación organizacional? El C-Suite.
Este término se emplea para describir a quienes ocupan puestos de alta dirección. Se trata de miembros pertenecientes a un importante grupo que, junto al CEO, ejercen los cargos de más alto rango jerárquico dentro de la estructura organizacional. Su posición conlleva responsabilidades como enfrentar y asumir los riesgos de la toma de decisiones, establecer el rumbo de la empresa, los objetivos y alineamiento operativo, entre otras responsabilidades.
Hace algunos años, estos ejecutivos de nivel C eran sólo el director ejecutivo, el de finanzas y el de operaciones. Sin embargo, en los últimos 30 años se han sumado nuevos directivos a esta categoría de liderazgo con el objetivo de tener una visión más completa del panorama actual y próximo. Ahora, también los conforman el director de tecnología de información, el de marketing, el de comunicaciones y relaciones institucionales, entre otros.
Y ¿por qué digo que la clave de la transformación organizacional está en el C-Suite? Es cierto que todos los que trabajamos en una empresa somos engranes que hacen que funcione una organización, pero como toda máquina, siempre están las piezas clave. Mis años de experiencia trabajando con este sector me han podido comprobar que cuando los miembros de este grupo desarrollan nuevas habilidades y aplican lo aprendido, es posible dirigir de forma estratégica y con sentido de dirección a las organizaciones.
Sin embargo, el cambio requiere de procesos. De acuerdo con Ryan Raffaelli, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, destaca que siete de cada 10 iniciativas de cambio fallarán por falta de estrategia y determinación de objetivos.
Una de las formas más asertivas de poder crear estrategias y objetivos sólidos es viendo la transformación como un proyecto. Los proyectos dan estructura, un mayor entendimiento del problema o área de oportunidad y te permiten medir el progreso para hacer los cambios necesarios a tiempo. Aquello que no se mide no se puede mejorar.