Seguramente, varios de los queridos lectores se fueron preparando para evitar la famosa cuesta de enero, pero sino, con mucha paciencia y disciplina hagamos todo lo posible para salir adelante. Espero que un propósito deseado mientras nos estábamos atragantando con las uvas, fuera tener finanzas sanas, si no, ahora es el momento.
Para sortear la cuesta, inciemos la subida con mucho ánimo. Si te diste tus gustos, entonces con calma, nadie nos obligó a embarcarnos; o igual, sufriste un descalabro por una contingencia, estoy seguro que de cualquier forma, esto también te puede ayudar.
En primer lugar, debo ordenar mis deudas y, lo más importante, conocerlas. Me he topado con personas que incluso no saben ni cuánto deben ni el ritmo con el que se endeudan, a veces es mayor lo que gastan que lo que ingresan, entonces se genera un mega efecto bola de nieve.
Para tener todo claro puedo comenzar con conocer cuáles son las obligaciones más caras, ya sea por interés o monto. Otro criterio es el plazo en las que las contraje, esto es, si las tengo a meses sin interes o no; ello es muy importante porque determinará mi plan de pago. Con todo ello, entonces sí, vámonos sobre ellas.
Lo que corresponde hacer es trazar un plan de pagos, que va a ir de la mano con mi presupuesto mensual. Nuevamente el presupuesto, insistiré en ello hasta que nuestro Señor venga, pero si no lo tengo perfectamente elaborado tardaré muchísimo en salir de las deudas; si recuerdan, les he recomendado que no deben pasar del 30% de nuestros ingresos.
Ya con el presupuesto elaborado y escrito sobre piedra, ya tenemos una cantidad “disponible” para realizar pagos, que se compondrá de lo que tenías destinado para deudas más el 10 % que tenías pensado para ahorrar, mientras tengas deudas no hay forma de hacerlo.