Aunado al reto de la inflación, empezamos también 2022 con uno de los retos más importantes para nuestro país: la recuperación económica. Si bien en los primeros dos trimestres de 2021 se observaron tasas de crecimiento positivas, en los últimos dos trimestres del año observamos dos contracciones consecutivas.
En 2021 la economía de nuestro país creció 5.0% anual frente a 2020 . Sin embargo, en 2020 la economía se contrajo 8.4% real anual, en gran medida como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Además, desde 2019 observamos una contracción de 0.2% anual.
En ese sentido, el efecto rebote no fue suficiente para compensar lo perdido en 2020 y mucho menos para regresar a niveles previos a 2019. De acuerdo con las cifras oportunas, se estima que la economía tiene un tamaño similar al que tenía en el segundo trimestre de 2016 .
Este crecimiento anual se encuentra por debajo de las perspectivas económicas tanto de organismos internacionales como nacionales. El Fondo Monetario Internacional proyectaba un crecimiento para nuestro país en 2021 de 5.3%, la OCDE de 5.9% y el Banco Mundial de 5.7%. Por su parte, la SHCP proyectaba en sus Criterios Generales de Política Económica un rango de crecimiento de 5.8-6.8%, mientras que en la Encuesta Banxico de diciembre de 2021, la expectativa de crecimiento era de 5.7%.
En este punto, muchos se han preguntado: ¿estamos o no en una recesión económica?
Después de la publicación del dato oportuno del PIB al cuarto trimestre de 2021 por parte del Inegi, la discusión en diversos medios y redes sociales giró en torno a este término.
En primer lugar, poco importa si crecimos 0.1% o nos contrajimos (-) 0.1% en el último trimestre del año frente al trimestre previo, el impulso rebote de la pandemia se agotó y nos dejó con un tamaño similar al que tenía la economía hace casi 6 años.
De acuerdo con el National Bureau of Economic Research (NBER) se deben considerar tres criterios para determinar que la economía se encuentra en recesión.
El primero, la duración de dos trimestres consecutivos de contracción económica. Este criterio se cumple de confirmarse los datos oportunos del cuarto trimestre, puesto que en el tercer trimestre de 2021 los datos observados mostraron que la economía se contrajo 0.4%. Sumado a esto, en el cuarto trimestre la contracción sería de 0.1% frente al trimestre anterior.
El segundo, la profundidad de estas contracciones. Esta característica no se cumple, ya que la estimación oportuna del cuarto trimestre es cercana al 0%. Lo cual apunta a que la recuperación se estancó.
El tercero, la difusión o contagio a varias actividades económicas y distintos indicadores, en especial del mercado laboral. Sin duda, no tenemos el mercado laboral formal y dinámico que México necesita para crecer, ni hemos logrado aumentar la participación laboral de las mujeres.
Si bien la tasa de desocupación es menor al 4%, la de subocupación es todavía demasiado alta. Es decir, son problemas sistémicos que se engarzan con una recuperación parcial que podría dar indicios de difusión.