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Banxico contra las cuerdas

Una política monetaria restrictiva es menos útil cuando la inflación es importada, como ha sido el caso de México durante 2021 y posiblemente 2022, considera Ramsé Gutiérrez Hernández.
vie 11 febrero 2022 07:00 AM
banxico riesgos financieros
El mandato de Banxico es mantener la estabilidad de precios, lo que se traduce en mantener la inflación convergiendo al 3% anual dentro de un rango objetivo de 2 a 4%, señala Ramsé Gutiérrez Hernández.

(Expansión) - Las presiones para Banxico siguen acumulándose, llevándolo hacia una política monetaria más restrictiva. Por un lado, se enfrenta a la mayor inflación del país en los últimos 20 años y a un alza de tasas inminente en Estados Unidos que hace frente a su mayor inflación en casi 40 años y, por otro lado, las grandes expectativas de economistas e inversionistas que esperan que el Banco Central actúe de manera ortodoxa y que esto permita mantener ancladas las expectativas de la inflación en el mediano y largo plazo.

Todo esto, mientras la economía mexicana lleva dos trimestres contrayéndose y la nueva gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja, debe tomar las riendas del banco con una experiencia limitada en política monetaria.

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El mandato de Banxico es mantener la estabilidad de precios, lo que se traduce en mantener la inflación convergiendo al 3% anual dentro de un rango objetivo de 2 a 4%. No obstante, durante 2021, mientras se consideraba que la inflación era transitoria, mes tras mes se observaron sorpresas inflacionarias que fueron deteriorando este discurso, concluyendo el año con la mayor inflación desde 2001.

Esto retumbó y provocó un cambio de política monetaria diametralmente opuesto al de inicios de 2021, cuando Banxico aún estaba disminuyendo su tasa de interés. Sin embargo, una política monetaria restrictiva es menos útil cuando la inflación es importada, como ha sido el caso de México durante 2021 y posiblemente 2022. Entonces, ¿por qué Banxico seguirá subiendo su tasa de referencia?

En breve, 10 meses con una inflación anual por encima del rango objetivo y expectativas de que los próximos 13 meses se mantendrá por encima del 4%, lo que quiere decir que la inflación estará fuera del rango por casi 2 años. Esto, aunado a otros factores, es lo que provocó que Banxico, junto con otros bancos, abandonaran el discurso de que la inflación alta es transitoria e intentaran contener las expectativas de inflación a más de un año.

Entre los otros bancos, se encuentra el de Estados Unidos, la Fed, que redujo su tasa de referencia entre cero y un cuarto de punto porcentual (0.25%) durante la pandemia y ahora pretende subir tasas tan pronto como marzo y entre dos y cuatro veces más durante el año. Este cambio está generando presiones a nivel global, pues tanto corporativos como otros países toman como base las tasas de Estados Unidos y si estas suben, todos las demás también lo harán.

Con esto hemos visto bajar el monto de la deuda que paga tasas negativas desde un pico durante la pandemia de 18.3 billones de dólares (21% del PIB global) a sólo 7.6 billones de dólares. Así, la era del easy money podría estar llegando a su fin.

México no es la excepción y Banxico en su última reunión apresuró el paso, y en lugar de subir su tasa de referencia en un cuarto de punto, lo hizo en medio punto (0.5%). Más aún, la expectativa es que en su próxima reunión siga con el mismo ritmo, con lo que tasa de referencia podría llegar a 6% a finales de febrero y hasta 6.75% hacia finales de año. Y, aunque el efecto sobre la inflación será marginal, ante la menor experiencia en política monetaria de la gobernadora de Banxico, es deseable que se muestre la mayor ortodoxia posible en las próximas decisiones del banco central y que los inversionistas crean en el compromiso de la institución para buscar la estabilidad de precios.

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Pero ¿qué pasaría si Banxico no subiera tasas?

1. Se podría interpretar que no está tan preocupado por la inflación más alta de los últimos 20 años.
2. Podría haber un efecto adverso en el tipo de cambio que termine contaminando las expectativas de inflación, la disminución del apetito relativo por deuda soberana en pesos y generando más salidas de capitales extranjeros y
3. Lo peor para Banxico, que las expectativas de inflación a futuro se deterioren, provocando que tenga que actuar después de manera más decisiva.

En breve, Banxico tiene que cumplir con las expectativas del mercado de tomar en serio la inflación siguiendo una política monetaria ortodoxa y la aceleración de la política restrictiva de la Fed.

La “buena” noticia es que la falta de estímulos monetarios, para abatir los efectos de la crisis que se seguirán resintiendo durante 2022, evitó el endeudamiento y mejoró de manera relativa a otros países semejantes el perfil crediticio del México, por lo que el alza de tasas tendrá un menor impacto sobre el costo del servicio de la deuda.

Nota del editor: Ramsé Gutiérrez es Senior Vice President /Co-Director de Inversiones en Franklin Templeton México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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