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Recesión, nearshoring y unicornios

El país no está generando condiciones ni expectativas positivas de crecimiento en el corto y mediano plazo, señala Alejandrina Barajas.
sáb 12 febrero 2022 12:00 AM
En el contexto mundial actual se vive
Pareciera que el objetivo del actual gobierno es terminar la administración con niveles de actividad económica inferiores a los reportados hasta el 2018, apunta Alejandrina Barajas.

(Expansión) - ¿Qué relación podrían tener las palabras recesión, nearshoring y unicornios? Al escuchar por primera vez esta combinación de palabras se pudiera pensar en una decisión aleatoria, sin embargo, estas palabras tienen el poder de describir el pasado, el presente y el futuro de México.

El pasado 31 de enero se confirmó uno de los peores escenarios que se esperaban para la economía mexicana: la entrada en recesión técnica al cierre del 2021 al sumar dos trimestres consecutivos con retrocesos. La caída del 0.1% en el cuarto trimestre del año pasado dio por hecho una combinación letal en economía, la estanflación, concepto que combina la presencia de una alta inflación con un estancamiento en el crecimiento de la actividad económica.

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En la realidad económica posterior al COVID-19, sobre todo los problemas en las cadenas de suministro que han afectado el desempeño de la economía mexicana, no se puede negar el efecto negativo en el crecimiento económico por las decisiones, y falta de estrategias, por parte del gobierno mexicano. Pero esto es parte del pasado, ya que el resultado del PIB es consecuencia de lo que se hizo o dejó de hacer.

En la ciencia económica se sostiene que en el presente se construyen las expectativas de los agentes económicos de lo que sucederá en el futuro y, desafortunadamente, el país no está generando condiciones ni expectativas positivas de crecimiento en el corto y mediano plazo. Pareciera que el objetivo del actual gobierno es terminar la administración con niveles de actividad económica inferiores a los reportados hasta el 2018. Entonces, la palabra recesión es el reflejo y resultado de las acciones del pasado reciente.

Siguiendo con el tiempo presente, mientras el país discute la reforma energética, México parece estar dejando ir una oportunidad de oro: el nearshoring. La guerra comercial de Estados Unidos contra China situó al país en una posición estratégica, la cual se vio reforzada por la pandemia, debido a la necesidad de producir bienes en lugares cercanos y accesibles al mercado estadounidense, siendo México el país idóneo para la relocalización de líneas de producción.

En ningún otro momento de la historia México resulta clave para el presente y futuro de la producción de su socio comercial estadounidense. ¿Qué podría significar el nearshoring para la economía mexicana? Un boom en la fabricación, que beneficiaría el crecimiento económico y el aumento de los salarios. Es decir, el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

¿Qué es lo que está haciendo el país ante esta oportunidad? En vez de fortalecer lazos y generar proyectos de beneficio mutuo, al parecer la estrategia del gobierno mexicano es generar conflicto con su principal socio comercial.

Con esta descripción del pasado y del presente, podríamos concluir que el futuro no pinta nada alentador. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos resignamos a aceptar ese futuro poco favorecedor?

Lo bueno es que ante esta pregunta tenemos ejemplos de valientes mexicanos que han demostrado que conformarse no es la respuesta. Es aquí donde entre la palabra unicornio y no, no es el ser mitológico que usted tiene en mente. En este caso, cuando se habla de unicornio se refiere a una empresa privada con una valuación superior a los 1,000 millones de dólares.

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A pesar de todos los contras que tiene México, hoy cuatro empresas de origen nacional tienen esta consideración: Bitso, Clip, Kavak y Konfío. Estas tienen como fuente de valor ofrecer un servicio relacionado con facilitar el acceso de fuentes de financiamiento.

Lo interesante de estas empresas, y que tenemos que destacar, son sus historias de origen, en el que una respuesta a una problemática y una voluntad inquebrantable permitieron convertir una idea en un unicornio, demostrando con ello que México es más que corrupción e inseguridad: es una fuente de talento.

A pesar de nuestro pasado y presente, no debemos permitir que esto defina al país. El futuro es un tiempo que se construye a cada momento, y tal vez, solo hace falta creer más en el talento de las personas como fuente de generación de riqueza. O seguir creyendo que un recurso, llámese petróleo o litio, sacará a México de la pobreza.

Nota del editor: Alejandrina Barajas Ramos es investigadora del Centro de Investigación Económica del Noroeste (CIEN) en CETYS Universidad. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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