Diversas investigaciones muestran que cuando el dueño o los dueños de una empresa se enfrentan a la perspectiva de la sucesión, enfrentan ciertas preocupaciones, a las que hemos llamado “Los temores del patriarca“.
Esas preocupaciones se presentan con diferente fuerza y de distintas formas, dependiendo del tipo de empresa y del carácter de los fundadores al mando de la empresa.
Esos temores son los siguientes:
1. Qué hacer después del retiro; esto puede afectar intensamente al fundador o fundadores.
2. El temor a perder el control de la empresa, y con ello ver reducida su seguridad económica.
3. El sacrificio de ver disminuido su estatus social como consecuencia de dejar el mando en la empresa.
4. La inseguridad sobre el perfil adecuado de los posibles sucesores.
5. El miedo de que la elección de sucesor genere conflictos intrafamiliares, o con los socios.
Existen algunos otros miedos e incertidumbres, pero los cinco mencionados arriba son los que se encuentran con más frecuencia en las encuestas aplicadas a empresas familiares.
Los tres primeros tienen que ver con el patriarca y los dos siguientes con el perfil de los sucesores y las relaciones intrafamiliares. Me referiré a los primeros.
En encuestas realizadas se ha encontrado con una paradoja muy interesante. Cuando se entrevistó a directivos mayores de 55 años de edad que “planean jubilarse”, el 80% dijo que se jubilará antes de 10 años, pero pasan los 10 años y la gran mayoría no se jubila.
Y son precisamente estos temores los que postergan la jubilación, y en algunos casos impiden que se realice, con serios riesgos para la empresa y la familia.
Es cierto que hay algunos fundadores o fundadoras que disfrutan mucho su retiro y encuentran una “nueva plenitud”. Algunos retienen alguna tarea no ejecutiva en la empresa, pero dejan las preocupaciones diarias a los sucesores y desarrollan una nueva vocación en la vida que les genera satisfacciones. Lamentablemente es la minoría.
La práctica de varias empresas familiares nos enseña que sí es posible resolver los temores del patriarca, matriarca, o patriarcas.
La preocupación de qué hacer después del retiro agobia a más del 50% de los fundadores. Se preguntan “¿qué sentido tiene ahora mi trabajo?” y no siempre encuentran la respuesta. Un empresario confesaba “dejar la dirección fue como sufrir una amputación”.
Adicionalmente, el temor del patriarca de ver reducida su seguridad al perder el control económico de la empresa, se presenta no solamente en empresas pequeñas sino también en empresas grandes donde los dueños son acaudalados.
Probablemente obedece más a una cuestión de carácter psicológico que estrictamente financiera, pero puede “meter ruido” al momento de la sucesión. Mucho ayuda a lograr una sucesión exitosa el prever un paquete adecuado para el patriarca o matriarca, que puede incluir entre otros, beneficios económicos, seguro médico, apoyos para viajes, etcétera.
El miedo a perder el estatus social puede ser muy fuerte "ahora soy don José y me saludan con respeto, cuando deje el mando voy a ser “don nadie”, “puedo perder el lugar que tengo en la familia, ya no me buscarán a mi”.