Es un hecho que, debido a eso, la FAA (Federal Aviation Administration) bajó la calificación del espacio aéreo mexicano de Categoría 1 a Categoría 2 por no cumplir los estándares de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Independientemente de lo que puede influir el rediseño del espacio aéreo, la inquietud de IFALPA sobre la capacitación de los controladores (al menos de parte de ellos) es fundada. El tema no es nuevo ni es exclusivo de México. No es raro que un accidente aéreo se produzca por malentendidos de la comunicación entre pilotos, sobrecargos y torres de control, a pesar de que hay fórmulas para verificar/garantizar que la comunicación se cifra adecuadamente.
Dominique Estival, Doctora en Lingüística de la Universidad de Pensilvania realizó una investigación que reveló que de 1976 a 2017 se produjeron al menos 10 accidentes de aviación causados por errores de comunicación, con un saldo de 2,100 muertes.
El manual para investigación de accidentes aéreos “Language as a Factor in Aviation Accidents and Serious Incidents”, editado por la Universidad Aeronaútica Embry-Riddle de Daytona Beach, Florida, conocida como la universidad privada de aviación más grande del mundo, revela que “La confusión en las comunicaciones han y continuarán jugando un papel importante en lo accidentes e incidentes de aviación”.
Elizabeth Matthews afirma en el manual que los errores causados por el lenguaje en las comunicaciones aeronáuticas han sido “un factor más frecuente e influyente de lo que se ha señalado habitualmente… además, los problemas lingüísticos en la aviación no se investigan con el mismo grado de rigor sistemático y experto con el que se consideran otros factores humanos y operacionales”.
La primera vez que enfrenté una crisis fue precisamente por un grave accidente de aviación: un avión DC10 procedente de Los Ángeles se estrelló contra una construcción dentro del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en donde yo era Jefe de Prensa.
Aparentemente se dio una confusión en la comunicación entre la torre de control y el piloto del avión, derivado del uso de la palabra “right” que significa “derecha” o “correcto” ya que el avión debería aterrizar en la pista derecha y no en la izquierda y el piloto entendió que el aterrizaje estaba correcto en la aproximación que llevaba el avión hacia la pista 23 izquierda que estaba cerrada por mantenimiento.
No mucho tiempo después, trabajando por una aerolínea comercial, informé sobre un error de comunicación que pudo causar un grave accidente: al despegar del aeropuerto de Zihuatanejo, Guerrero, a un avión DC9 se le desprendió la parte inferior del tren de aterrizaje. Al rebotar la llanta, se proyectó hacia la turbina perforándola, provocando baja de presión en el aceite que obligó a regresar a tierra.