Ello generó también un cambio en los propios medios informativos que empezaron a concentrarse en todo lo relacionado con el COVID-19, buscando siempre información fidedigna para orientar al público, más allá de los datos oficiales.
Los medios de comunicación se volvieron una necesidad cotidiana que llevó a incrementar sus niveles de audiencia, especialmente en los electrónicos, debido al poder de la instantaneidad, de tal forma que la pandemia se convirtió en el acontecimiento de mayor cobertura en la historia de los medios de comunicación en prácticamente todo el mundo.
Hablar y reportar con cuidado y respeto de fallecimientos, hospitalizaciones o diferentes dramas surgidos por la pandemia fue todo un reto, especialmente porque la información oficial no era confiable y los medios se alimentaban de declaraciones de familiares a la puerta de los hospitales que, por lo general, se quejaban de la inexistencia de camas y ventiladores.
Especial atención pusieron los medios en la forma en que cada gobierno gestionaba la crisis. Un informe presentado hacia fines de 2020 por una importante asociación de empresas periodísticas en Argentina reveló que en algunos países (especialmente los de tendencia autoritaria como Cuba, Venezuela y Nicaragua) se hostigó a medios y periodistas para que publicaran únicamente la información oficial, y que inclusive en países con democracias históricas se dieron casos de agresiones a medios de comunicación y periodistas.
En este sentido, el informe destaca una expresión de Angela Merkel, a quien se llegó a considerar como la mejor líder en el manejo de la pandemia cuando aún era la Canciller de Alemania: “los medios deben poder confrontar al gobierno, con una perspectiva crítica.”
No obstante esos casos, en general se dio relevancia estratégica al papel de los medios de comunicación frente a la pandemia, reconociendo en ellos un valor sustancial tanto en los cultural como en lo económico y en lo social, al ser los canales a través de los cuales se concienció a los ciudadanos sobre la gravedad, los riesgos de la pandemia y las medidas preventivas a tomar.
Los medios impresos y electrónicos replantearon sus contenidos para crear espacios específicos para la información relacionada con la pandemia y los avances de la ciencia para desarrollar las vacunas en un tiempo récord.
Pero conforme crecía la pandemia, muchos medios de comunicación en el mundo empezaron a perder la confianza en las declaraciones de las autoridades. Especialmente en México, la continua presencia del subsecretario de Salud tanto en las “mañaneras” como en las “vespertinas”, con mensajes contrarios a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y contradictorios entre sí, orillaron a los periodistas a buscar fuentes más confiables, tanto locales como internacionales, que sólo confirmaban que la gestión de la pandemia en nuestro país era desastrosa y ponían a México entre los peores en el mundo en ese rubro.