(Expansión) - Desde la primera Revolución Industrial tenemos registros claros de la evolución de los mercados y cómo el proceso de cambio se establece en la sociedad. Muchas fintech no han leído la historia.
Las fintech han surgido como una expresión de agilidad y velocidad de los negocios financieros dentro de un ecosistema mucho más amplio, que hemos llamado Economía del Conocimiento.
El discernimiento financiero surge del análisis de los procesos imaginados en entidades físicas y su posterior conversión a casos de uso, para que los programadores puedan interpretar en lenguaje de programación un mundo eminentemente físico.
La pandemia viral del coronavirus actuó como un acelerador del mercado financiero digital, pero a medida que la población fue recuperando su posibilidad de regresar al modelo tradicional.
El sueño duró, lo que dura un sueño, la realidad fue dura con estas empresas y los despidos y cierres, como el caso de la billetera Ank en Argentina, comenzaron a ser tapas de los medios informativos.
Todos aplicaron reglas propias de los medios de pagos para cubrir soluciones financieras, se enfocaron en casi obsesivamente en el cliente final y no vieron al sistema como un todo.
Nada es más infiel, inestable e indeciso que un cliente final, los cambios se suceden a la velocidad de la luz y los pocos recursos que vinieron del mundo financiero a este nuevo océano azul, no tuvieron en cuenta la problemática de los millennials.
Con una visión parcial del mercado, con una infraestructura pesada, con una seguridad endeble, con una pelea encarnizada en un segmento muy pequeño y con escaso movimiento, todo comenzó a nublarse.
Los primeros en salir fueron los inversores, luego llegó el anuncio de PCI 4.0 con estándares de seguridad para 2023 que serán eternamente más altos.
Ford surge en la revolución industrial de una necesidad específica, no podían seguir enganchando caballos frente a una carga determinada, hubo un cambio de paradigma y un beneficio fue claro para el usuario, el comercio y la industria.
Una billetera en un teléfono hoy supone un costo operativo mayor para un comercio que la ve como un medio de pago adicional, el cual lo debe conciliar con el resto de su operación.
Mercado Libre, por ejemplo, integró una herramienta que cambió la dinámica del comercio con un punto de venta que le vuelca el dinero en una cuenta, con un software de control de stock desarrollado por un partner, con una tremenda masa de usuarios producto de un arduo trabajo con su plataforma en toda la región.
Cobran comisiones obscenas, la atención al público es nula o casi nula, lograr que alguien atienda un teléfono, cuando una operación falla es más difícil que clasificar al mundial a la selección de futbol de la isla Gran Turk en el Caribe al Mundial de futbol.
Pero funciona.
¿Fueron disruptivos? NO, pero siguieron un camino lógico, la gran disrupción en el mercado de las fintech no ha llegado.
Por suerte los trasnochados de las criptomonedas, con las caídas brutales en las cotizaciones, con el costo del gas, han disipado mucho del humo que flotaba alrededor de este mercado.
¿Las fintech han muerto?
Definitivamente NO van a morir, pero muchas de las que conocemos, que no son capaces de agregar valor y mostrar modelos disruptivos que sean capaces de modificar la forma en la que la gente hace negocios, van a quedar en el camino.
El mundo de las inversiones busca los cisnes negros, los verdaderos Netflix en un mercado muy Blockbuster.
El conocimiento sigue siendo netamente financiero, pero la disrupción viene de la mano de la aplicación de la tecnología, como herramienta de transformación del futuro.
Nota del editor: Marcelo Lozano es consultor y speaker internacional, es Profesor del prosgrado Negocios Digitales de la UCEMA de Argentina, es Director de Ciberterrorismo y Crimen Organizado de la Asociación Argentina de Lucha contra el Cibercrimen. Es Founder de IT CONNECT Latin American Chapter, con 39 años de experiencia en el mercado tecnológico Latinoamericano. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
