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Negocios más humanos en la era de la Economía de la Reputación

Hablar de reputación empresarial, en nuestros días, no solo se limita a la valoración que se tenga de una empresa, sino a su influencia en generar grandeza a través de las marcas y sus líderes.
vie 26 agosto 2022 06:09 AM
Negocios más humanos en la era de la Economía de la Reputación
La reputación es una fuente de valor para las empresas y los líderes, por ello, es importante manejar adecuadamente su proceso de gestión y medición de manera responsable, considera Jeannina Valenzuela.

Establecer relaciones a largo plazo con los clientes—logrando el ansiado engagement—y convertirse en una love mark, es el resultado de la suma de múltiples acciones estratégicas y a su vez con elevado nivel de conciencia, que realiza toda empresa o emprendimiento para conectar, empatizar y generar confianza con los clientes y fidelizarlos con la marca que representan.

Sin embargo, el proceso de ningún modo es sencillo. Así como existen personas o clientes que amen nuestros productos o servicios y los recomienden a otros, de la misma manera hay sus detractores que, con el auge y la viralización de las redes sociales, pueden generar una bola de nieve que incluso pueda llegar a destruir la reputación de nuestra empresa y hacerla caer.

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Por ello, los cimientos sólidos en su proceso de construcción, la consecuencia y coherencia son invaluables y constituyen una gran responsabilidad.

Economía de la Reputación

La importancia de la Economía de la Reputación no es un tema reciente, fue tomada en cuenta hace 11 años en la “Conferencia Internacional de Reputación Corporativa” realizada en mayo del 2011 en Río de Janeiro. En ella se puso en relieve la importancia de la Reputación Corporativa en la administración y generación de la riqueza a partir de la satisfacción de las necesidades de nuestros clientes, en función a la reputación obtenida a lo largo del tiempo a partir de su patrimonio intelectual.

Se puede decir que la preferencia y la compra de los consumidores de un determinado producto o servicio se da porque la reputación se traduce en un valor económico y de trascendencia, lo que hace que se genere esa confianza, seguridad y preferencia de los consumidores para decidirse en adquirir siempre ese mismo producto.

A modo de ejemplo, comprar unas zapatillas de “buenas marcas”, aplicando lo anterior, tendríamos como referentes a marcas posicionadas en el mercado, donde el público las escoge automáticamente por el precio que proyectan (nada baratas) y los beneficios intrínsecos que conllevarían al comprarlas: calidad del material, comodidad, garantía de producto y la responsabilidad con el medio ambiente (principal preocupación de las empresas frente al impacto ambiental).

La relación calidad-precio en la Economía de la Reputación es directamente proporcional a la reputación corporativa de tu empresa, porque permite generar un mayor impacto en el mercado al incrementar las ventas, e incluso, aumentar el valor de la empresa—no solo en temas intangibles—sino económicamente en caso de venderla y, obtener así, una mayor cuota de mercado.

De la misma forma, los accionistas, al considerar invertir en una empresa, deben priorizar diversos factores que impacten en sus perspectivas de financiación y solidez de la marca porque­ ellas influenciarán sobremanera en el posterior comportamiento del consumidor. Estos incluyen factores de tipos: ambientales, sociales y de gobierno corporativo, conocidos como los ESG (environmental, social and governance).

Al igual que la reputación corporativa, toda organización posee ESG. De allí la importancia de construirla de manera fortalecida, ya que se obtendrán resultados positivos medibles, mientras que una débil e inconsistente puede tener consecuencias nefastas.

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Ahora bien, en el contexto vulnerable en el que nos encontramos a nivel global, lograr la reputación de nuestras empresas y medirlas son posibles mediante una estrategia de comunicación respaldada en data e indicadores, que actúen a su vez como sensores permanentes para tomar las mejores decisiones, promoviendo así una estrecha vinculación positiva entre los resultados y la voluntad de las partes interesadas— empresas—en mejorar la receptividad de su audiencia y la búsqueda de comprender cómo piensa y siente su público sobre su organización y cómo interpreta su reputación.

Conclusiones

Para hacer sostenible y resistente el prestigio de una empresa o marca en un mundo regido por la Economía de la Reputación, ésta debe tener propósitos corporativos significativos que determinarán si a sus stakeholders les importa más la confianza que genera o su negocio en sí.

La reputación es una fuente de valor para las empresas y los líderes, por ello, es importante manejar adecuadamente su proceso de gestión y medición de manera responsable.

La reputación corporativa está relacionada con la trascendencia de la empresa y con su rendimiento financiero, porque atrae y retiene al talento humano, y se vuelve atractiva para los inversionistas, haciendo negocios humanizados y conscientes.

Nota del editor: Jeannina Valenzuela es comunicadora, productora y emprendedora. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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