Para ser más concretos, el tipo de tecnología al que nos referimos con las fintech está relacionado con la aplicación de la ciencia de datos, el machine learning y la inteligencia artificial. Con lo anterior, servicios que requerían de infraestructura física o ser realizados por personas ahora pueden ofrecerse de forma digital.
La gama de servicios que cubren las fintech van desde el otorgamiento de créditos hasta los servicios de inversiones, así como plataformas para el procesamiento de pagos. Ejemplos conocidos de fintech en México son Clip y Kavak; en Estados Unidos (EU) existe una gran cantidad de estas empresas, un caso sería Robin Hood, empresa que ofrece servicios de intermediación en el mercado de valores a través de una app o PayPal, que es una plataforma de pagos.
En principio podríamos considerar que las fintech compiten con los bancos, pero no necesariamente. De hecho, los bancos han buscado adaptar sus servicios a las nuevas tecnologías y prácticamente todos los bancos mexicanos poseen aplicaciones desde las cuales es posible realizar pagos o incluso contratar préstamos. Actualmente, una parte fundamental del negocio es la inversión en tecnología y digitalización y un ejemplo de esto es el número de sucursales bancarias.
En diciembre del 2020, la banca comercial en México operaba con 12,068 sucursales mientras que, a mayo de 2022, el número de sucursales es de 11,783. El nivel máximo de sucursales bancarias se alcanzó en 2019 con 12,883 unidades; a partir de ahí la tendencia ha ido a la baja. Si bien aún son necesarias, la digitalización de los servicios hace cada vez menos necesaria la inversión en infraestructura física.
Las ventajas que se suponen exclusivas para las fintech también pueden ser explotadas por la banca tradicional en la medida en que los bancos sigan invirtiendo en digitalización. Una de ellas es que los servicios digitales requieren menos infraestructura física y personal, lo que reduce costos.
Asimismo, las empresas tecnológicas pueden almacenar una cantidad importante de datos sobre las transacciones de los clientes. Tal información y el uso de técnicas como el Machine Learning y la ciencia de datos permiten un mejor análisis de riesgo de los acreditados, así como una mejor evaluación de temas como la capacidad de pago. De ahí que no es extraño ver empresas que originalmente se ofrecían como plataformas de pagos busquen migrar a los servicios financieros, la información que poseen sobre la ‘transaccionalidad’ de los clientes es oro molido.