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El gran reto del liderazgo: los modelos híbridos

Ni 100% home office, ni 100% presencial; la duda importante es ¿los liderazgos y los modelos de gestión están listos para este reto?, plantea Daniel Razo.
jue 08 septiembre 2022 12:01 AM
El gran reto del liderazgo
Los liderazgos modernos deben saber leer la madurez emocional y técnica de cada uno de sus colaboradores para que se adapten a nuevos hábitos que los lleven a un equilibro entre vida personal y profesional, considera Daniel Razo.

(Expansión) - En diferentes estudios publicados recientemente, entre ellos, destaca el de Microsoft que revela que el 50% de los colaboradores desea mantener actividades al menos parcialmente en home office. En otro estudio, 55% de colaboradores de diferentes empresas consideran necesario el regreso a oficinas para actividades presenciales y de reuniones cara a cara.

Con estos resultados tan similares no resulta raro que un gran número de empresas estén proponiendo modelos híbridos de trabajo como la solución del futuro de corto y mediano plazo. Ante esta realidad la pregunta inmediata es: ¿Los liderazgos están preparados para ello?

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Los cambios de cultura de trabajo nunca llegan solos, vienen acompañados de cambios tecnológicos, físicos, de métodos de evaluación, de comunicación, entre muchos otros.

Las herramientas de “acercamiento tecnológico” se han acelerado: Zoom, Google Meets, Teams, WhatsApp, solo por mencionar algunas, y han mejorado sus propuestas de soluciones eficientes para acercar a los equipos de trabajo. Las opciones de oficinas temporales, espacios compartidos, rentas de salas por horario determinado o bien ajustar oficinas y lugares de trabajo no personalizados, han permitido adaptarse rápidamente a las nuevas demandas.

Ni 100% home office, ni 100% presencial; la duda importante es ¿los liderazgos y los modelos de gestión están listos para este reto? Aquí cuatro mapas de ruta:

1. Elección: Todos los colaboradores perciben que en este esquema pueden mejorar su calidad de vida, lo cual es sumamente positivo. Por ejemplo, habrá mamás solteras que podrán sumar sus ocho horas de trabajo diarias con cuatro horas muy tempranas luego dos horas de comida con sus hijos, para cerrar con otras cuatro o quizá más vespertinas.

Habrá quienes el “Early Friday” lo pueda hacer desde casa para que al terminar su jornada puedan hacer deporte, cursos de actualización o por qué no aprender un nuevo idioma. En fin, lo importante es entender necesidades, adaptarse y llegar a acuerdos mutuos.

2. Disciplina: Para que este esquema sea también atractivo para empresas y empresarios debe quedar muy claro y en “blanco y negro” los entregables de los colaboradores en bases semanales, quincenales y mensuales. Amén de una serie de KPI (Key Performance Indicators) esperados de este modelo híbrido. Nada peor para aniquilar este método de trabajo que no veas a la gente y que además no estén los resultados esperados.

3. Confianza: Si bien hay en el mercado un sinnúmero de Apps que ayudan al control de quien está trabajando y dónde lo hace desde sus smartphones (Factorial o Teramind, por mencionar algunas) nada sustituye la retroalimentación cara a cara presencial o a distancia.

La elaboración de una minuta de acuerdos para dar seguimiento a los qué y cuándos serán siendo herramientas útiles que nos permitan alertar si los proyectos están a tiempo o en retraso; si se requiere una intervención de un líder o al menos un “task force”.

4. Cultura Laboral: Para que toda la empresa esté alineada, deben estar muy claros los objetivos globales y estratégicos de la organización y perfectamente entendidos por sus colaboradores para que, independientemente desde qué trinchera trabaja cada colaborador, tenga clara su aportación a dicha estrategia.

Los líderes de las empresas deben asegurarse de que las cosas así se van construyendo sin importar si lo haces desde casa, oficina o de un café con internet.

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Los liderazgos modernos deben saber leer la madurez emocional y técnica de cada uno de sus colaboradores para que se adapten a nuevos hábitos que los lleven a un equilibrio entre vida personal y profesional. Con ello diseñar el traje a la medida que le corresponda a cada colaborador en este nuevo modelo híbrido.

Cuando el traje esté ya construido, será necesario adaptar la cultura de trabajo, tomar confianza, disciplina y dar oportunidad de elección para soltar amarras y navegar en esta nueva realidad.

Nota del editor: Daniel Razo es Director de Operaciones y Cadena de Suministro de Comerlat. Es Ingeniero Industrial por el Tecnológico de Monterrey. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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