Es difícil anticipar cuál será el futuro del movimiento ESG. Sin embargo, es poco probable que el estándar de comportamiento que se exige a las empresas sea más permisivo y que las expectativas de los grupos de interés sean menores en el futuro. Por ello, es importante que las empresas rezagadas aceleren el paso de su preparación.
La gestión empresarial con perspectiva ESG no es un proceso sencillo, ni se adopta de la noche a la mañana. Por el contrario, existen retos que las empresas deben ir sorteando y a continuación menciono algunos de los que escucho con mayor frecuencia:
¿Por dónde empezar y cómo priorizar? ESG debe entenderse como una herramienta de gestión de riesgos materiales o relevantes. Por ello, el punto de partida debe ser un análisis de materialidad que permita identificar y valorar los riesgos que la empresa debe atender, en función de su sector, industria y contexto.
En cualquier caso, este análisis debe considerar la perspectiva de los principales grupos de interés (stakeholders). A partir de este ejercicio, la empresa debe priorizar los riesgos y oportunidades que estarán cubiertos por su estrategia ESG y los planes e iniciativas que deriven de ella. Existen varias metodologías para hacer este análisis y es conveniente contar con el apoyo de expertos.
¿Qué marco de referencia debemos utilizar? Uno de los principales problemas que reportan las empresas y los inversionistas es la multiplicidad de marcos de referencia, criterios y calificaciones (ratings) que existen para medir, reportar y evaluar el desempeño ESG de una empresa.
Los principales actores a nivel mundial han hecho esfuerzos importantes de homologación y existen avances plausibles, sin embargo, es una tarea pendiente. Mi sugerencia es indagar cuáles son los marcos de referencia más utilizados y con mayor reconocimiento en tu industria, y partir de allí. Es frecuente que las empresas sigan una combinación de criterios y marcos de referencia.
¿Quién debe coordinar los esfuerzos ESG dentro de la empresa? Como órgano responsable de la gestión del riesgo, el consejo de administración debe aprobar la estrategia ESG y supervisar su implementación. Sin embargo, la coordinación de los esfuerzos transversales debe ser delegada en un área funcional y no existe una recomendación universalmente válida.
La decisión depende de varios factores, tales como como el sector y la industria de la empresa, su modelo y filosofía de negocio, la región en la que opera, el tipo de riesgos a los que está expuesta, entre otras. Es común la función de sustentabilidad ambiental asuma esta responsabilidad, pero en ciertos casos se le encomienda al área de comunicación, a la de asuntos corporativos, o al área legal y de cumplimiento.
En cualquier caso, el equipo legal y de cumplimiento desempeña un papel fundamental pues un gobierno corporativo sólido es la piedra angular de cualquier programa ESG (ver ESG, una nueva frontera para los abogados ).