Parafraseando a Alexander Graham en el artículo Three Core Principles of Venture Capital Portfolio Strategy : Cada inversión que haga (un VC) debe tener el potencial de ser un jonrón. Para muchos, particularmente aquellos con antecedentes financieros tradicionales, esta forma de pensar es desconcertante y contra intuitiva.
La estrategia de gestión de cartera financiera convencional supone que los rendimientos de los activos se ponderan por el riesgo que implican y se construye el portafolio invirtiendo en empresas con un alto potencial de retorno y mucho riesgo y empresas con un riesgo más acotado pero también un retorno más modesto. De esta forma, el resultado es que la cartera genera sus rendimientos de manera uniforme y con cierto nivel de predictibilidad.
Hoy las cosas son más complicadas. Los hitos de Silicon Valley como Facebook o Tesla generaron enorme expectativa sobre los retornos para los VC’s. Como parte de ese gremio, solo puedo soñar con haber tenido oportunidad de entrar a Facebook en 2004 y ver ese nivel de retorno en 2012… sólo ocho años después.
Todos queremos encontrar a tiempo el siguiente gigante de la disrupción digital y anotar un cuadrangular legendario. Desde 2012 que Facebook salió a Bolsa rompiendo todas las gráficas, no se ha vuelto a repetir algo así. Dos años antes, en 2010, fue el IPO de Tesla, y que hoy es la empresa mejor rankeada de los últimos 12 años, con un market cap de 749,000 millones de dólares . Este par de jonrones no se han vuelto a repetir, pero eso no significa que se acabó.
Cierto, hace 10 años que no ha habido otro Facebook; en este mundo rápido parece una larga sequía… IPO’s, incluso de nombres como Airbnb, Shopify o Spotify no han llegado ni remotamente a las valuaciones de Meta/Facebook, no se diga Google o Amazon.
Regresando a la pregunta inicial ¿qué filosofía de inversión es la ganadora en VC? En mi opinión, estamos en un momento de la historia donde el pasado sirve para entender el futuro pero no forzosamente predecirlo, la tecnología, los patrones de consumo las sociedades están en constante evolución y las posibilidades son infinitas y por esto los VC’s tenemos que buscar romper los records. Es lindo hablar de empresas estables, ver emprendedores que son felices como camellos pero ahí no está el negocio del VC.
He oído que esta “sequía” de épicos IPO’s significa que los VC tenemos que temperar nuestras expectativas. “Sí, vamos a ganar, pero vamos a ganar más moderadamente”, dicen. Hay voces serias que dicen que hay que apostarle al portafolio, es decir al promedio de bateo antes que a buscar al siguiente Babe Ruth. Difiero. La disrupción comienza, la entrada de Web3 es un escenario que muchos no están viendo seriamente, en ese espacio está el siguiente, ultra-unicornio.
Estamos pasando por un bache económico: incertidumbre post COVID-19, Ucrania, etc., pero nadie dijo que ser VC era apto para cardiacos. Si uno quiere ser precavido puede entrar a la Bolsa, ver históricos de más de 200 años y hacer decisiones educadas ahí. Ser VC es de visionarios, claro que estamos queriendo hacer dinero, pero en el camino estamos queriendo cambiar el mundo, descentralizar la banca, democratizar la educación, universalizar las comunicaciones, colonizar marte. Eso no se hace temperando portafolios.