Para México es deseable que los avances científicos y tecnológicos ya ejecutados en los entornos universitarios se transformen en oportunidades de trasferencia tecnológica, que generen mayores fortalezas en el ámbito de la innovación en las empresas y la sociedad, lo cual impulse la creación de capacidades tecnológicas para enfrentar las incertidumbres generadas por el actual entorno de competencia global.
Esto requiere del involucramiento de las empresas y el gobierno, en la generación de iniciativas que acompañen los procesos de maduración de las tecnologías surgidas en los laboratorios, con el fin de que puedan convertirse en prospectos atractivos de inversión que originen nuevas líneas de negocio o bien nuevas empresas.
La maduración oportuna de los resultados de la investigación científica, desarrollada por las universidades y centros de investigación, genera grandes beneficios, no solo para las empresas sino también para la sociedad pues se traducen en soluciones a problemas relacionados con la salud, el medio ambiente, la pobreza, la seguridad, entre otros.
En tal caso se hace pertinente la colaboración conjunta entre las empresas y las universidades para lo siguiente:
1. Impulsar la habilitación de Centros de Investigación y Desarrollo de alto nivel científico, de acuerdo con las necesidades de la industria y la sociedad;
2. Habilitar la conformación de redes científico-tecnológicas con la participación de investigadores universitarios en la industria;
3. Establecer las líneas temáticas de coinversión, para apoyar la maduración de tecnologías surgidas en ámbitos universitarios, así como la ejecución de proyectos específicos de escalamiento industrial que apoyen la transferencia tecnológica;
4. Construir incentivos para investigadores universitarios, cuyo objetivo sea asignar recursos económicos a aquellos investigadores que realicen tareas de I+D+i en colaboración con las empresas.
5. Fortalecer la infraestructura y equipamiento para I+D+i consiste en inversiones conjuntas en equipamiento para laboratorios y centros de investigación.
El país merece incrementar el registro de innovaciones propias, para ello no solo se debe aumentar la asignación de recursos de inversión en ciencia y tecnología, también requiere de la creación de ambientes culturales altamente estimulantes, así como de claras políticas estatales en ciencia, tecnología e innovación.
Ante ello cabe preguntarse ¿es posible generar una capacidad colectiva (universidad-empresa) para realizar acciones en común sobre la base de una interpretación (científica y de negocios) compartida?