Si la intención del lector fuera morir rápido, existen mejores métodos, pero si su búsqueda es descomponer gradualmente sus vías respiratorias, su corazón y su vitalidad, está en el camino correcto, ¿Por qué?, porque los hábitos malos no tienen sus consecuencias de forma inmediata, según nos explica el gurú de la transformación de hábitos, James Clear, en su #LibroChido Hábitos Atómicos.
Justo esa es la trampa. Los malos hábitos generan pequeñas satisfacciones en el corto plazo, pero consecuencias terribles a largo plazo. Por lo mismo es difícil dejarlos, porque la asociación que el cerebro hará de forma inmediata es muy satisfactoria, los colores de los anuncios de comida chatarra, bastante adulterados por el photoshop, hacen que nuestro cerebro los relacione con alegría, buenos momentos y un gran sabor. Aunque hablemos de harina procesada con un queso amarillo tan brillante como falso.
Las consecuencias catastróficas de esos hábitos son, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares que, por cierto, son la primera causa de mortalidad en el mundo. Pero esas consecuencias de las que hablamos ahora, por lo regular no se hacen realidad a la semana ni al mes de tener esos hábitos. Los hábitos se convierten en un ataque lento y silencioso, porque racionalmente entiendes que debes de dejarlos, pero las emociones, que son las que nos mueven, asociarán el pastel en automático con la fiesta, no con la diabetes.
Exactamente al revés pasa con los buenos hábitos, el lector puede tratar de hacer ejercicio todos los días, tener 10 minutos de meditación, mejorar su alimentación, pero en una semana, 20 días o un mes, no verá el cambio, no verá los efectos exponenciales en su salud o vitalidad.
La asociación más directa es que esforzarse es agotador, comer sano aburrido y rechazado por el entorno social, entonces a las primeras de cambio, la cabra tenderá al monte, a regresar a sus antiguas conductas, ¿Para qué esforzarme tanto sino obtuve verdaderos resultados?
Pongo el ejemplo en salud, pero puedes llevarlo a cualquier terreno, al negocio por ejemplo; observa cómo las malas prácticas y pequeñas mentiras de un ejecutivo de ventas pueden traerle más ventas e ingresos en el corto plazo, lo que no ve o no asocia en automático, es que a largo plazo su reputación le cobrará factura, hasta llevarlo a una muerte profesional.
Un vendedor que escucha al cliente y que tiene un nivel de honestidad, por ejemplo, en el que detecta que no es conveniente para su cliente comprar un producto en ese momento y aparentemente en contra de sus intereses le recomienda no comprar, esa decisión le traerá la nefasta consecuencia inmediata de no ganarse una comisión, pero a largo plazo está ganando credibilidad, reputación y confianza, lo cual, paradójicamente le remunerará de mejor forma.
Uno de los principales problemas para cambiar malos hábitos son estas asociaciones de placer inmediato, porque en la mayoría de las veces, al tomar una decisión ganará lo inmediato, y ante eso ¿qué nos dice Clear en Hábitos Atómicos? Que debemos empezar a construir nuevas asociaciones de satisfacción o placer inmediato ante los hábitos que nos queremos fomentar, y nos presenta un ejemplo espectacular.