Como pareja, padre, colaborador, amigo y deportista, ya no le alcanza el tiempo, así que un día se sienta a pensar en una estrategia y su brillante idea es dejar de dormir ocho horas y empezar a dormir cinco y media para que el tiempo le alcance para todo. Pues mangos, Alejandro ya cayó en la trampa, espero que tú no.
Él ya está consiguiendo pan para el presente a costo de hambre para el futuro, porque probablemente con este cambio de dormir menos tenga un poco más de éxito en su carrera, quizá quede mejor con su pareja o sus hijos, tal vez tenga buenos momentos haciendo deporte, pero solo por un tiempo, lo que decidió no es sostenible porque en un futuro nada lejano:
- Bajará su rendimiento físico y mental.
- Reducirá la capacidad de recuperación de sus órganos.
- Estropeará la capacidad de su mente de sanar emociones.
- Se quitará posibilidades de ser más creativo. Y, en general, estará cosechando estrés y fatiga crónica.
Según nos explica el científico del sueño, en su libro “¿Por qué dormimos?”, Alejandro puede reducir hasta 30% su expectativa de vida, por dormir de forma deficiente. Matthew Walker, después de mostrarnos investigaciones donde se ve la relación entre enfermedades crónicas, terminales y falta de sueño, nos sentencia así: “Entre menos duermas, más corta será tu vida”.
El autor nos dice que desde la revolución Industrial y la creación de la luz eléctrica, la humanidad ha caído en una epidemia de falta de sueño, que en quienes la padecen reduce su lucidez, inteligencia, reparación corporal, sistema inmunológico, niveles de felicidad y expectativa de vida. Imagínate el tamaño de la epidemia, en las naciones industrializadas, dos terceras partes de la población duerme de forma deficiente.
Este #LibroChido ¿Por qué dormimos?, me hizo concluir tres cosas concretas que me cambiaron el sueño, espero que te impacten de alguna manera:
Primera: dormir bien es trascendente
Es muy útil saber a qué nos referimos con dormir bien. Resulta que los humanos tenemos un sueño bifásico, es decir, necesitamos de ley dormir de siete a nueve horas por la noche, esa es la primera fase para alcanzar los tipos de sueño que reparan el cuerpo y la mente.
Hay una segunda fase de sueño muy provechosa que es hacer una siesta, no demasiado tarde, para que no se te vaya el sueño en la noche. Nuestro cerebro es muy viejo, a diferencia de la luz eléctrica, así que dormir bien para nuestro cerebro implica un par de horas estar lo menos expuesto a la luz artificial porque la natural ya se fue solita. Quizá alguien me diga que es nocturno y puede ser, solo que en más del 99% de los humanos, el cerebro está hecho para dormir de noche.