¿Por qué deberíamos agradecer este estrés global? Según Ebrard, estamos ante la primera ocasión en décadas en la que Estados Unidos confronta la emergencia de dejar de depender de una superpotencia que es capaz de competir con ella en materia tecnológica y comercial, como China.
Hace unos meses se anunció el impulso federal del otro lado de la frontera para relocalizar una parte significativa de sus cadenas de valor y suministro para que no haya desabasto –como ocurrió durante la pandemia–ni tampoco presiones políticas avaladas por el control en componentes producidos fuera de Norteamérica.
Ante esta situación, México vuelve a tener una ventaja primero geográfica y luego poblacional: somos la plataforma manufacturera más grande de América Latina y estamos simbiótica y comercialmente conectados con Estados Unidos gracias al T-MEC. “Si bien aún no producimos semiconductores en el país, vamos a empezar a producirlos en un plan conjunto con Estados Unidos en un gran centro de manufactura entre Arizona y Sonora”, explicó el canciller en un mensaje a los senadores.
La otra ventaja de México frente al otro socio del T-MEC es la mano de obra. Además de tener sueldos competitivos, hay un mayor crecimiento aún del bono demográfico de este lado de la frontera, donde además no estamos viviendo ‘la gran renuncia’, tendencia que sí ha dejado en situaciones muy adversas a grandes compañías ante la pérdida masiva, después de la pandemia, de empleados con know-how y valor agregado.
“Esta es una oportunidad única, casi providencial, que no hay que desperdiciar”, enfatizó el canciller en su comparecencia ante el Senado en octubre pasado.
Y ya hay señales reales de que esta diáspora está de regreso y que México es un mercado atractivo. La Secretaría de Economía anunció que más de 400 empresas han manifestado su interés por instalarse en nuestro país aprovechando la cercanía con Estados Unidos (el famoso nearshoring), pero no solo como maquiladores, sino como proveedores de alto valor agregado.
Para muestra está el Centro Global de Tecnología y Negocios que levanta Ford en el Estado de México. Es el tercero en el mundo (con una inversión de 260 millones de dólares –mdd-) y contará con 3,000 ingenieros que desarrollarán innovaciones para todas las plantas globales de la marca. Días antes, Volkswagen prometió otra inversión para ampliar su producción en Puebla por 763 mdd y, desde Aguascalientes, Nissan hizo lo propio apostando 700 mdd a aumentar la capacidad de su planta, la más eficiente de todo el planeta. General Motors anunció la relocalización de al menos 160 de sus proveedores en el país.