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#LetrasNetas | Bienvenido el ‘estrés geopolítico’

Somos la plataforma manufacturera más grande de América Latina y estamos simbiótica y comercialmente conectados con Estados Unidos gracias al T-MEC.
lun 05 diciembre 2022 06:07 AM
nearshoring que es
El BID señaló que México podría ser el mayor beneficiado por el 'nearshoring' en la región, con posibilidad de atraer hasta 35,300 mdd al año, la mitad de lo que calcula para toda Latinoamérica y el Caribe, apunta Bárbara Anderson.

(Expansión) - Hace unas semanas, en varias entrevistas en medios, el canciller Marcelo Ebrard hizo hincapié en un término que no había escuchado antes: el estrés geopolítico que se cocina en el nuevo orden económico mundial.

“Tenemos que estar preparados para aprovechar el estrés geopolítico, porque es una gran oportunidad para México, tal vez la última que le quede en el horizonte”, dijo, palabras más o menos.

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¿Por qué deberíamos agradecer este estrés global? Según Ebrard, estamos ante la primera ocasión en décadas en la que Estados Unidos confronta la emergencia de dejar de depender de una superpotencia que es capaz de competir con ella en materia tecnológica y comercial, como China.

Hace unos meses se anunció el impulso federal del otro lado de la frontera para relocalizar una parte significativa de sus cadenas de valor y suministro para que no haya desabasto –como ocurrió durante la pandemia–ni tampoco presiones políticas avaladas por el control en componentes producidos fuera de Norteamérica.

Ante esta situación, México vuelve a tener una ventaja primero geográfica y luego poblacional: somos la plataforma manufacturera más grande de América Latina y estamos simbiótica y comercialmente conectados con Estados Unidos gracias al T-MEC. “Si bien aún no producimos semiconductores en el país, vamos a empezar a producirlos en un plan conjunto con Estados Unidos en un gran centro de manufactura entre Arizona y Sonora”, explicó el canciller en un mensaje a los senadores.

La otra ventaja de México frente al otro socio del T-MEC es la mano de obra. Además de tener sueldos competitivos, hay un mayor crecimiento aún del bono demográfico de este lado de la frontera, donde además no estamos viviendo ‘la gran renuncia’, tendencia que sí ha dejado en situaciones muy adversas a grandes compañías ante la pérdida masiva, después de la pandemia, de empleados con know-how y valor agregado.

“Esta es una oportunidad única, casi providencial, que no hay que desperdiciar”, enfatizó el canciller en su comparecencia ante el Senado en octubre pasado.

Y ya hay señales reales de que esta diáspora está de regreso y que México es un mercado atractivo. La Secretaría de Economía anunció que más de 400 empresas han manifestado su interés por instalarse en nuestro país aprovechando la cercanía con Estados Unidos (el famoso nearshoring), pero no solo como maquiladores, sino como proveedores de alto valor agregado.

Para muestra está el Centro Global de Tecnología y Negocios que levanta Ford en el Estado de México. Es el tercero en el mundo (con una inversión de 260 millones de dólares –mdd-) y contará con 3,000 ingenieros que desarrollarán innovaciones para todas las plantas globales de la marca. Días antes, Volkswagen prometió otra inversión para ampliar su producción en Puebla por 763 mdd y, desde Aguascalientes, Nissan hizo lo propio apostando 700 mdd a aumentar la capacidad de su planta, la más eficiente de todo el planeta. General Motors anunció la relocalización de al menos 160 de sus proveedores en el país.

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Toda esta parvada de inversiones extranjeras requiere de la infraestructura adecuada para responder a la demanda (el famoso estrés): mejores y más aduanas seguras, más energía limpia, más agua, mejores carreteras, más líneas férreas (entre ellos el cacareado Tren Transístmico) y capacitación.

“Para poder dar la mano de obra más preparada, será necesario comenzar invirtiendo de manera fuerte en la educación superior”, afirma Ebrard.

En su último reporte económico, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aseguró que México podría ser el mayor beneficiado por el nearshoring en la región, con posibilidad de atraer hasta 35,300 mdd al año, la mitad de lo que calcula para toda Latinoamérica y el Caribe.

Tenemos la oportunidad de correr una maratón, pero como en toda carrera, no solo es manejar el estrés, debemos exigir al atleta (nuestro país) que llegue a la salida con el entrenamiento adecuado (capacitación), sus tenis nuevos (infraestructura) y con constancia (seguridad jurídica). Si no, mejor quedarnos en la banqueta a echarle porras al resto de los corredores que tengan la conciencia de que necesitan estar más preparados.

Nota del editor: Bárbara Anderson es editora, columnista y speaker de negocios y finanzas. Activista de los derechos de personas con discapacidad; dirige yotambien.mx, un sitio de noticias sobre inclusión. Síguela en Twitter como @ba_anderson Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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