Y llama poderosamente la atención la cantidad de inmigrantes. Representan más del 80% de los 2.7 millones de habitantes, de los cuales 2.42 millones son extranjeros.
Quizá esto pueda explicar cómo aparecían caravanas por las calles, de cientos de personas de Bangladesh, Pakistán, India y otras nacionales que apoyaban desaforadamente con playeras de equipos de Argentina, Brasil, España, Alemania, entre otras potencias del futbol.
La efervescencia hacia el futbol se hecho notar, pues ciudadanos de países que suelen identificarse con otros deportes (especialmente con el cricket), ahora se han interesado de gran manera en los jugadores populares -y sus equipos- en la Copa Mundial.
Como cada sede mundialista, durante 30 días, los países se vuelcan a apoyar su Copa Mundial. Sin embargo, Qatar “exageró” en la manera de “vender” su localía. No hay rincón donde no aparezca el logotipo o aspectos que tengan que ver con el evento deportivo más grande del mundo.
Una de las situaciones interesantes para los aficionados fue la cantidad de partidos que se podían disfrutar en los estadios.
Durante la primera ronda de grupos se exhibieron diariamente tres partidos: 13:00, 18:00 y 22:00 hora local, por lo que fue posible ver hasta dos partidos por día.