Ante la Real Academia Española, el lexicógrafo Federico Corriente explicó en 2018 el significado de la famosa porra, que es un arabismo que adaptamos en México y toda América Latina.
La traducción que invoca a las gracias o favores a Dios, "Alá Mio", -Alá Bio-, significa "Dios mío", mientras que Alá Bao significa "Dios querido", y la última frase "Ala Bim", significa "Dios piadoso". El ra, ra, ra, es literalmente “mira, mira, mira”. Quizá solo el “chiquitibum” fue creado por algún mexicano creativo.
Son cientos de palabras que hemos tomado del árabe y utilizamos en nuestra vida diaria. Solo son ejemplos: aceituna, guitarra, azafrán, alarde, fulano, tamarindo, blusa, música, camisa, entre muchas otras que, así como las mencionamos en castellano, son perfectamente entendidas en árabe.
Esto no es ninguna coincidencia. Tenemos más conexión cultural de la que imaginamos con esta misteriosa región.
Miles de mexicanos fuimos al mercado local en Doha, el “Souq-Waqif”, para buscar la vestimenta típica de los qataríes. Se trataba de una Kandurah, que es la larga túnica blanca que cubre hasta los tobillos. En la cabeza, un ghutra o kufiyha —un pañuelo de algodón— sostenido con un cordón llamado agal -el cual en la antigüedad se utilizaba para amarrar a los camellos-.
Así fue como muchos nos disfrazamos de qataríes por un día. Esto, en lugar de molestarles a los árabes, les causaba gusto. De cierta manera, sabían que a pesar de nuestra algarabía (palabra también árabe) mundialista, lo hacíamos con respeto por sus tradiciones.
Ellos mismos nos ayudaban a colocar bien el ghutra y el agal, de tal forma que se hiciera bien la llamada “cobra” en la cabeza, el estilo que utilizan en Qatar. Sin duda se creó una amistad entre los mexicanos y los habitantes de Doha.
El futbol, una excusa para crear vínculos
Las relaciones de México con la sede mundialista se han buscado fomentar desde 2014, cuando se abrió la primera embajada. Pero fue hasta el 2018, con la llegada del embajador Mohammed Alkuwari, que el ánimo por el Mundial se despertó y se pudo concretar la alianza entre países.
Al llegar al país, el diplomático despachaba en una pequeña oficina. Hoy, las instalaciones que inauguraron el pasado 15 de junio son un complejo que han visitado miles de personas para conocer de primera mano la cultura y los entonces preparativos rumbo al Mundial.
México es uno de los pocos países en América Latina que cuenta con embajada qatarí, la cual ha afianzado buena relación con empresarios, gobiernos estatales, diputados, senadores y con la presidencia de la República, a través de la SRE.
Los negocios entre ambos países tienen que ver principalmente con la energía. Pero también con la famosa estrategia que tiene el país árabe de asociarse con distintos empresarios mundiales, a través del Fondo Soberano de Qatar, uno de los más potentes del mundo, a fin de adquirir bienes y raíces en todo el mundo.