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#ApuntesDesdeQatar: ¿Y los perros? El choque cultural y la polémica

En el Islam, los canes mojados son considerados impuros, por lo que no está bien visto tocarlos o abrazarlos.
mié 14 diciembre 2022 06:10 AM
Doha, el choque cultural y la polémica
Más de 300,000 millones de dólares se invirtieron para la creación del Mundial. Esto representa 17 veces más de lo que le costó el Mundial a Rusia en 2018, apunta Caleb Ordóñez.

(DOHA) - No recuerdo alguna sede mundialista que no haya sufrido una crítica brutal. De Sudáfrica y Brasil: la delincuencia. De Rusia: el control extremo de la policía y el Ejército.

Pero no se compara con toda la impresionante red de información que se montó en contra de la Copa del Mundo, en Qatar 2022.

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La sede mundialista fue duramente golpeada con temas sensibles, como la compra de funcionarios de la FIFA. El clima y cambio de fechas. La falta de derechos a las mujeres y del colectivo LGBTQ. Incluso sus propios países hermanos árabes acusaron a Qatar de apoyar a grupos terroristas. La censura al alcohol y a actividades comunes en Occidente, tal como las relaciones sexuales entre personas que no están casadas, entre otros tópicos que alarmaron durante años a millones de personas.

Así ha estado Qatar, continuamente en jaque. No quedaba bien con el mundo Occidental y, a la vez, tenían una relación en pedazos con otros países árabes.

Para algunos fundamentalistas, Qatar estaba haciendo una fiesta para los “infieles” del mundo.

Las relaciones estaban tan rotas que en 2017, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Bahréin, Libia y Maldivas, entre otros, cortaron relaciones diplomáticas y comerciales con Qatar, buscando invadirlo.

Fue hasta el pasado 9 de enero del 2021 que Arabia Saudita y Qatar reabrieron su frontera terrestre y reanudaron los vuelos entre los dos países, tras el levantamiento del boicot diplomático y económico contra la sede mundialista.

Al mismo tiempo, el mundo Occidental seguía preocupado por las supuestas restricciones que encontraríamos, como no poder utilizar traje de baño o que las mujeres no podrían mostrar los hombros o piernas.

Pero más fuerte que eso, resonó el tema de los “esclavos modernos”. Poco antes del inicio del Mundial de futbol de Qatar, activistas de derechos humanos y políticos hablaban de más de 15,000 vidas perdidas durante la edificación de los estadios.

Desde Doha aseguran que solo tres personas han muerto como consecuencia de su trabajo en una de las obras.

¡Vaya encrucijada!

Más de 300,000 millones de dólares se invirtieron para la creación del Mundial. Esto representa 17 veces más de lo que le costó el Mundial a Rusia en 2018.

Todos estos datos los conocíamos, pero al comenzar la Copa, todos los rumores y sinsabores alrededor de Qatar fueron disolviéndose -aunque no del todo-.

Sorpresivamente Arabia Saudita vencía a Argentina, en el estadio Lusail. Al finalizar el encuentro, el emir qatarí Sheikh Tamim bin Hamad ondeaba la bandera del país vecino y la colocaba en su cuello. Un paso gigante para aliviar las tensas relaciones.

Mientras, los occidentales recibíamos un trato de primer nivel. Al principio, en algunos restaurantes y hoteles, los trabajadores se desvivían por dar el mejor servicio. La alegría se empezaba a contagiar y la policía no tenía ninguna intención de hacerse pesar.

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Un extraño misterio

Quizá algo que nos ha llamado la atención es que muy pocas personas lograron ver a un perro, “el mejor amigo del hombre”, en la calles. O que alguien lo tuviera como mascota, mientras que cientos y cientos de gatos se ven por todo lugar.

Si profundizamos en ese sencillo tema, podríamos darnos cuenta de las diferencias asombrosas que existen en nuestros entornos.

¿Por qué no hay perros? La respuesta tendría mucho que ver con la religión musulmana. En el Islam, los canes mojados son considerados impuros, por lo que no está bien visto tocarlos o abrazarlos.

Incluso, la famosa ofensa “hijo de perro”, tiene sus raíces en el mundo árabe.

La principal razón para creer sobre la impureza del can se ve plasmada en las escrituras de Sahih Muslim, la cual es una colección de hadices compilados por el Imam Muslim ibn al-Hajjaj al-Naysaburi (rahimahullah).

Según el relato de la historia, un cachorro evitó que el arcángel Gabriel visitara la casa de Mahoma; por dicha razón, se ordena que los perros sean asesinados.

En el capítulo de Sahih musulmán 1571, se indica la orden de matar perros y su abrogación. Está prohibido tener perros, excepto para la caza, pastoreo de ganado y similares.

Sin embargo ningún musulmán deberá tener contacto con un perro mojado y si así fuese deberán la lavarse sus manos siete veces.

Para los mexicanos, no ver perros callejeros es una extrañeza sin igual. Solo en México se estima que el 70% de los canes no tiene dueño.

Pero también hay otro lado de la moneda. El gobierno qatarí asegura que no hemos visto perros callejeros, pues antes de la Copa implementó una política llamada ‘rift’ con la que se llevó a cabo un gran sistema de vacunación, rehabilitación y esterilización de los canes abandonados. Posteriormente, las entidades gubernamentales de protección animal ubicaron a los perros en refugios o los dieron en adopción. Hay miles de musulmanes que aman a los perritos.

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Invitados a su casa

Despertar cada mañana con el llamado al rezo. Cinco veces al día sucederá (al amanecer, al mediodía, en la tarde, al atardecer y en la noche) se escuchan a través de los altoparlantes por toda la ciudad, lo que indican los rezos.

En algunas zonas cercanas a mezquitas es como escuchar la alerta sísmica una y otra vez.

La gente puede rezar en cualquier lugar que esté limpio, casi todos los edificios tienen un cuarto de oración. Incluso todos los estadios tienen.

Fuera de las polémicas que viven Qatar y el mundo árabe, a causa de la Copa del Mundo, el choque cultural siempre será un gran acierto, incluso fascinante. Para desmentir -o corroborar- por nosotros mismos, las decenas de mitos que se forjaron antes del Mundial.

Años antes del mundial, mientras investigaba más sobre el país, el embajador en México, Mohammed Alkuwari, resumía la invitación de Qatar al mundo Occidental así: “Caleb, te invitaré a mi casa un día, pero yo no beberé alcohol. Te ofreceré un mezcal. Yo me tomaré un té. ¿Te enojaría eso?”.

“Por supuesto que no”, le respondí.

Así que siguió. “Te presentaré a mi familia. Estoy seguro que tú respetarás nuestras normas y nuestra cultura… Es lo mismo con el Mundial, invitamos a todos a conocer este lugar del mundo y aprender a respetarnos más”.

Y así lo ha tomado el mundo. Qatar ha estado lavando su cara ante el mundo. Pero el Mundial nunca volverá. Las calles inmensas estarán solas de nuevo.

La riqueza del pequeño país supone que seguirá teniendo varios problemas.

Una de las enseñanzas que nos deja el primer Mundial en el mundo árabe es que la diferencia de culturas no nos separa, sino que nos une a través de la educación y la empatía; pero también por la emoción y el espíritu de hermandad que solo puede crear una Copa del Mundo.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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