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Volatilidad

A empresas unicornio les sucederá lo que a la criatura mitológica, desaparecerán en la medida de que la gente deja de creer en ellas, habiéndose perdido la novedad como incentivo para ver qué ofrecen.
sáb 17 diciembre 2022 12:00 AM
(Detalle de una moneda de diez pesos)
La espiral inflacionaria está a la vista, señala Gabriel Reyes.

(Expansión) - La Fed ha decidido mantener el rumbo alcista en su tasa de interés. Ello, a pesar de que su política monetaria ha rendido buenos resultados. La experiencia del proceso inflacionario de principios de siglo dejó claro que no pueden echarse las campanas al vuelo, sino hasta que se constata firmeza en los efectos producidos por las medidas de control.

En tanto, en México, todos los intentos que ha hecho el banco central muestran que el problema no será de tan pronta solución. Por el contrario, el “buen fin” ha arrojado números que sólo muestran el interés de las comercializadoras por deshacerse de sus inventarios, y no signos de estabilización. Las cifras muestran un evento extraordinario y no recurrente, por lo que es preferible mirar hacia la preocupante inflación subyacente, así como al difícil entorno en el que se encuentra el campo mexicano.

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En palacio se piensa que, con asistencialismo y fertilizante gratis, la producción agrícola repuntará, cuando, en realidad, la escasez de crédito en condiciones accesibles deprimirá aún más la capacidad de producir alimentos, apuntando a un difícil primer trimestre del año venidero.

El campo mexicano afrontará una pobre demanda en enero, y los sacos de fertilizante tendrán que almacenarse, destinándose los apoyos gubernamentales a la mera subsistencia y no a la actividad productiva. El desabasto que ya se registra en ciertos productos se extenderá a más mercancías, generando desórdenes en el consumo que aconsejarán se mantenga la política de bajos inventarios. Tal escenario nos podría conducir a un círculo vicioso, en el que la incertidumbre gestará o ahondará el tan temido entorno de recesión.

Grandes empresas que de la noche a la mañana formaron su propio mercado, extendiéndose a todo el orbe con multimillonarios ingresos, verán alejarse a la clientela. No solo gracias a que han emergido rápidamente competidores en esos nuevos mercados, sino porque los consumidores redistribuirán su ingreso, disminuyendo el consumo de servicios de entretenimiento y de otros que se alejan de necesidades básicas.

El mercado de capitales en todo el mundo está recomponiéndose de manera abrupta, reorientándose a canalizar recursos a empresas consolidadas, siendo éstas las que cuentan con clientela cuya lealtad se ha mantenido por al menos una década.

A las empresas unicornio les sucederá lo que a la criatura mitológica, irán desapareciendo en la medida de que la gente deja de creer en ellas, habiéndose perdido la novedad como incentivo para ver qué ofrecen.

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Sumados a los escándalos provocados por el frívolo y temerario comportamiento de las empresas que emiten criptomonedas o las administran, vendrán minusvalías en instrumentos colocados por las empresas que apostaron a un apetito ilimitado de productos tecnológicos, las que afectarán rápidamente a los mercados de capitales y deuda.

En síntesis, el financiamiento no sólo será escaso y caro, sino que se otorgará con excesiva cautela. El ambiente de incertidumbre provocará inestabilidad en los precios, destacando en ellos el valor de los títulos que proveen dinamismo al mercado inmobiliario, afectando severamente el precio de venta de estos, ello acontecerá al tiempo de que surja un indeseable inmovilismo en los procesos de producción de alimentos. Sí, la espiral inflacionaria está a la vista.

Nota del editor: Gabriel Reyes es exprocurador fiscal de la Federación. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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