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El ABC de los ESG

Por costoso que parezca, en los ESG, como en la ciberseguridad, es mayor el riesgo de no hacer nada al respecto que invertir y atenderlo a detalle.
mié 04 enero 2023 07:05 AM
¿Llegó el fin de la "revolución ESG"?
Una de las áreas en las que los ESG aportan valor a las empresas es en su relación con stakeholders como inversores, colaboradores y consumidores, por mencionar algunos, señala Augusto Pérez Pérez.

(Expansión) - Nuestro sistema de mercado y estilos de vida basados en el consumo han tenido un impacto considerable a nivel económico, social y ambiental, hecho que se ha vuelto más presente que nunca en la mente de individuos, inversores y empresas.

Retos como el cambio climático y la creciente situación de desigualdad a causa de la pandemia por COVID-19 nos han reiterado la necesidad de asumir un compromiso en esta materia y llevar a cabo prácticas más responsables. No somos dueños de un planeta con recursos ilimitados y condiciones justas para todos, pero sí somos actores con la capacidad de construir un cambio real, medible y transparente.

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Para las empresas, esto se ha visto materializado en la adopción de los criterios ESG.

Los ESG –cuyas siglas en inglés se refieren a los estándares ambientales, sociales y de gobierno corporativo– surgieron del deseo de la comunidad internacional de conocer qué estaban haciendo las compañías para ser más sustentables. Lo anterior, se vio aterrizado en los Principios de Inversión Responsable que lanzó en 2006 la Organización de las Naciones Unidas para incorporar la evaluación de estos tres factores en la toma de decisiones de inversión.

El número de signatarios y activos administrados en este tema ha crecido año con año. La tendencia refleja que los ESG dejaron de ser algo que las compañías pueden hacer para convertirse en algo que se espera que hagan y que esté integrado en su estrategia a largo plazo. En palabras de BlackRock “la sostenibilidad debe ser el nuevo estándar de inversión”.

Una de las áreas en las que los ESG aportan valor a las empresas es en su relación con stakeholders como inversores, colaboradores y consumidores, por mencionar algunos. A su vez, esto les brinda la oportunidad de incursionar en nuevos mercados.

Destaca la entrada de Starbucks en el mercado chino , cuya decisión en un inicio fue vista con escepticismo por llevar un producto como el café a una nación donde el té es un símbolo cultural, pero cuyo éxito ha sido tan grande que ahora cuenta con más establecimientos en Shanghái que en Nueva York. Sería un error atribuir a un solo tema el triunfo de la cadena estadounidense en esta nación asiática. Sin embargo, no cabe duda de que uno de sus grandes aciertos fue entender a la comunidad y la importancia de la familia en este país, fortaleciendo la relación con sus partners (como llama a sus colaboradores) al dar la posibilidad de pagar los gastos médicos de sus padres que se encuentren en estado crítico de salud.

Por costoso que parezca, en los ESG, como en la ciberseguridad, es mayor el riesgo de no hacer nada al respecto que invertir y atenderlo a detalle. No atender los temas relacionados con ESG puede implicar la pérdida de inversión puesto que ella está sujeta a los rendimientos ajustados al riesgo. Por ejemplo, una encuesta de PwC muestra que 8 de cada 10 inversores afirma que la forma en que una empresa gestiona los riesgos y oportunidades de ESG es un factor importante en su toma de decisiones de inversión y casi la mitad de ellos estaría dispuesta a retirarse de una empresa que no tome suficientes medidas al respecto.

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Para cerrar, me parece fundamental resaltar tres elementos.

Primero, es poco realista pensar que, como empresas, podemos abarcar todos los criterios y metodologías a la perfección. Hay que identificar cuáles serán los criterios en los que nos enfocaremos y debemos tener claridad sobre cómo estos se relacionan con el core de negocio y las audiencias clave de cada empresa. Por ejemplo, existen iniciativas como CODIGOS cuyo objetivo es identificar, fortalecer e impulsar emprendimientos con objetivos sociales y base tecnológica que están creando soluciones para una realidad más digital e incluyente en México.

Segundo, las acciones en esta materia no deben ser objetivos aislados. Como mencioné anteriormente, éstas deben ser parte de la estrategia de la empresa y brindar un valor real. Por lo mismo, es indispensable establecer los criterios bajo los que se medirá su impacto de manera constante, recopilar la data y reportar el progreso que ello ha generado mediante los canales de comunicación adecuados.

Y, por último: cuidado. La línea entre un compromiso real y el greenwashing es más delgada de lo que parece.

Nota del editor: Augusto Pérez Pérez es responsable de la Oficina de Dirección de T-Systems. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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