Contreras realizó su ascenso por el lado sur del Everest (el año anterior lo había hecho por la cara Norte), equipado con una laptop con un procesador de 64 bits y una tarjeta de audio integrada, que, junto con una cámara digital y un equipo de comunicación satelital, le permitieron estar permanentemente conectado con el mundo a través del internet y mostrar aspectos del ascenso.
A la hazaña de subir al techo del mundo se unió la de establecer comunicación en tiempo real entre el montañista y quienes estuvieron interesados en su ascenso, gracias a los, en esos años, incipientes avances tecnológicos en nuestro país. Basta recordar que apenas empezaban a llegar los primeros equipos móviles y que conectarse a internet requería de una línea telefónica dedicada.
Con el uso del motor de búsqueda de la empresa patrocinadora, se creó una página web para poner al alcance de los internautas toda la información referente al ascenso, y posibilitar la realización de chats con él. En la misma página se abrió el micrositio para la realización del rally, cuyo mensaje era “Llegar a la cima de la tecnología”; el ganador recibió una computadora similar a la que llegó al Everest y que fue entregada personalmente por el montañista.
En ese micrositio se desplegó información sobre lo que es el Everest, su historia y los estudios que realizaría Contreras, así como la ruta que seguiría en el ascenso: “El campamento uno se instalará a 6,200 metros; de ahí avanzará por el Valle del Silencio para instalar el campamento dos a 7,300 metros, sobre la Ladera Lothse, y el último campamento se instalará a 8,000 metros. La etapa final implica escalar una ladera de 20 metros de hielo, bordeada por sendos precipicios de más de 2,000 metros de profundidad, conocida como el Escalón de Hillary.”
En efecto, el trayecto fue descrito por el propio Yuri a través de los reportes que estuvo enviando por medio de la página web. Estableció contacto en 10 ocasiones con cerca de 10,000 personas de todo el mundo, doscientas de las cuales participaron en el rally. En su comunicación, el montañista describió momentos alegres, etapas tristes, situaciones peligrosas y aspectos humanos que experimentó en su ascenso. Por ejemplo: “A 7,300 metros olvidé mi taza, cubiertos y hasta la comida. Aunque recibí apoyo, no tenía comida para el siguiente día, solamente tomé agua y ello derivó en una gastritis erosiva; en la tarde ya vomitaba bilis y pasaban por mi mente los peores temores… Así pasé dos noches a 7,300 metros, venciendo no la altitud sino al peor enemigo de uno: uno mismo.”
Iniciado el ascenso, comenzó el rally a través de la publicación periódica de palabras clave (Como: Servidores, Workstations, Desktop, Redes, Notebooks, Servicios, Promoción, Celular Express, MME, etcétera), que los concursantes encontraban basándose en algunas pistas. Al localizar cada palabra clave, los participantes enviaban sus datos y la ubicación de la palabra al correo electrónico que se designó al efecto, y por cada acierto, el concursante acumulaba altitud. Cuando un concursante acumulara una altura igual o mayor a 8,400 metros (la altura del Everest) se consideraría que había llegado a la meta.