Como resultado, algunos gobiernos están dando prioridad a la liberalización comercial en los bloques regionales de los que forman parte, buscan acuerdos con “países amigos” y utilizan el proteccionismo comercial contra sus competidores, a veces como arma económica y otras como represalia política. Por su parte, los grupos transnacionales están considerando la relocalización de sus empresas a sitios cercanos a los principales mercados de consumo.
En este contexto, la Organización Mundial de Comercio se aleja cada vez más de las metas que le dieron origen: alcanzar un sistema de libre comercio, no discriminatorio y previsible, y servir como foro de negociación para dirimir disputas entre los países miembros, para de esta manera contribuir al desarrollo económico y la paz mundial.
El momento crítico que atraviesa el sistema comercial internacional nos afecta y nos obliga a reflexionar respecto de la pertinencia de mantener y/o adecuar las políticas comerciales que han prevalecido en las últimas casi cuatro décadas en México. Con el ingreso al GATT en 1986, el gobierno de Miguel Madrid decidió abandonar el esquema de industrialización sustitutiva de importaciones orientado hacia el mercado interno y poner en marcha un nuevo modelo económico basado en la liberalización comercial y la promoción del sector externo. Desde entonces, para gobiernos priistas, panistas y ahora morenistas, la apertura de mercados ha sido un tema prioritario y la firma de tratados comerciales una especie de trofeo que se muestra constantemente.
En la actualidad, México tiene 13 tratados de libre comercio firmados con 46 países, y el año pasado comenzaron las negociaciones para celebrar un nuevo tratado con Corea del Sur. Pese a ser una de las naciones con más acuerdos comerciales en el mundo, alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas continúan teniendo como destino el mercado estadounidense.
A dos años de la puesta en marcha del T-MEC, el acuerdo comercial más importante para nuestro país, se puede afirmar que los temores previos generados por la tensa relación con la administración de Donald Trump se han disipado en la parte comercial. De acuerdo con el U.S. Census Bureau, el importe total del comercio entre Estados Unidos y México pasó de 612,000 millones de dólares (mdd) en 2019 a 718,000 mdd hasta noviembre del 2022. Aunque se trata de una buena noticia, es inevitable el cuestionamiento respecto de la utilidad que tiene el resto de los acuerdos, dado el escaso flujo de mercancías que tenemos con la mayoría de nuestros socios comerciales.