Ciertamente, desde hace ya un par de décadas no hemos experimentado el círculo vicioso del riesgo de incumplimiento en el pago de la deuda, desconfianza de los acreedores e inversionistas internacionales, fuga de capitales y devaluación de la moneda nacional. El gobierno mexicano ha cumplido puntual y cabalmente con sus compromisos, y las puertas de los mercados financieros han estado abiertas para nuevas colocaciones de bonos gubernamentales, con evaluaciones de las calificadoras internacionales que hasta ahora no han bajado del grado de inversión, lo que pone de manifiesto que tenemos una capacidad de pago razonable y, vale decirlo, que somos un país rentable para las instituciones y los inversionistas financieros.
¿Esto significa que la deuda externa ya no es problema para la economía mexicana? Podemos afirmar que en el corto plazo el gobierno cuenta con los recursos para cumplir con sus compromisos con los acreedores externos sin tener que recurrir a medidas extraordinarias, a pesar de las alzas en las tasas de interés a nivel internacional para combatir la inflación, y en particular de los incrementos en los réditos en Estados Unidos, nuestro principal acreedor, decretados por la Reserva Federal en lo que va del año. Recientemente, la Secretaría de Hacienda informó que debido a estas alzas el costo de la deuda en moneda extranjera se duplicó en el mes de agosto en relación con el mismo periodo del año anterior.
Evidentemente, el incremento en el costo de la deuda no es asunto imputable al gobierno mexicano. Lo que, si podemos atribuir o, mejor dicho, reconocer de las últimas administraciones públicas, es una estrategia responsable y atinada para convertir paulatinamente la mayor parte de la deuda pública en deuda interna, ya que esto disminuye la vulnerabilidad frente a fluctuaciones en el tipo de cambio. De acuerdo con el Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP), al cierre de septiembre la deuda pública neta total ascendió a 13 billones 505,000 millones de pesos, de los cuales el 68% era deuda interna.
Otro logro que amerita reconocimiento es el mantenimiento de un nivel moderado en la proporción que representa la deuda pública total en relación con el Producto Interno Bruto, que actualmente ronda el 50%. En contraste, encontramos que en Estados Unidos esta relación es de más del 130%, en Brasil casi del 100%, en China del 68% y en América Latina el promedio es de 80%.
Cabe destacar también que desde el 2019 a la fecha, la Secretaría de Hacienda ha informado de la recompra anticipada de nueve bonos externos, lo que le ha permitido al gobierno mexicano refinanciar 14,000 millones de dólares. Como resultados de estas operaciones, los pagos a capital que se tenían programados para el 2025 pasarán de 4,240 a 1,280 millones de dólares.