No obstante, este entusiasmo inicial ha dado paso a una baja demanda de estas monedas debido al clima de incertidumbre que ha provocado el cripto-crash (bancarrota) de grandes exchanges, poniendo jaque la confianza entorno de un sector que, si bien no ha parado de crecer, tampoco termina de ser comprendido por un gran número de personas.
A pesar de ello, podemos asegurar que estos colapsos son “casos normales” dentro del mundo financiero digital, tal y como ha ocurrido con diferentes empresas a lo largo de la historia. Por lo tanto, el reto actual pasa por hacer frente a esta coyuntura para evitar mayores afectaciones en el ecosistema.
Un ecosistema en desarrollo
A pesar de contar con grandes atractivos para los inversores, como son su capacidad por operarse de manera segura, descentralizada y desregulada (incluso a nivel institucional), o de ser una efectiva herramienta ante la inflación debido a sus porcentajes de revalorización excepcionales, las criptomonedas tienen un arduo camino por delante para optimizar el funcionamiento del sector.
En primera instancia, la volatilidad extrema que las caracteriza, con registros de subidas y bajadas superiores al 90%, se suma a que su naturaleza digital y desregulada las ha colocado, en ciertos casos, en el centro de la diana de los ciberataques, provocando con ello importantes pérdidas para sus inversores, que son popularmente conocidos como traders.
Asimismo, la constante pugna que mantienen con gobiernos e instituciones centralizadas, que empujan por la creación de un marco normativo para regular el comportamiento de las empresas asociadas a este ecosistema, continuará dominando la narrativa en los próximos meses, encabezando los titulares de noticias entorno al mercado.
Por otro lado, las criptomonedas todavía no son reconocidas como un método de pago universal, por lo que su uso se encuentra limitado a roles determinados.
No obstante, y a pesar de que estas importantes áreas de oportunidad son esenciales para mejorar la confianza de los inversores y agilizar su salida de este cripto invierno, el comportamiento histórico de las monedas digitales ha demostrado ser ascendente, por lo que sus detractores tienen la capacidad de ser empleados como herramientas para impulsar el desarrollo del mercado, haciendo eco de su fortaleza y capacidad de resiliencia, que se ha comprobado mayor que otros sectores tradicionales.
Diversificarse para crecer
Un pilar fundamental para acelerar la salida de esta crisis es impulsar un aumento en la demanda de las criptomonedas. Sin embargo, a diferencia de anteriores periodos de incertidumbre en donde habían demostrado su atractivo como herramientas de inversión, atraviesan hoy en día por un momento de dudas.