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#Entrelíneas | Las mipymes en 2023: resiliencia o extinción

Las condiciones que hoy privan y que se sostendrán durante buena parte de 2023 obligan, primero, a recurrir al estoicismo. El entorno es el que es, y no hay milagro que pueda cambiar el horizonte.
mar 17 enero 2023 12:02 AM
ComerciaMX Mipymes
El incremento al salario mínimo, que sin duda es un elemento digno de celebración y aplauso, también puede impactar en la sostenibilidad de las mipymes, apunta Jonathán Torres.

(Expansión) - Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) tienen solo dos caminos: morir o apretar las muecas, tener presente que ya vendrán mejores tiempos y, sobre todo, fortalecer la capacidad de adaptarse ante un entorno económico complejo, perturbador y adverso. No hay de otra: quebrar o ser resilientes.

Las condiciones que hoy privan y que se sostendrán durante buena parte de 2023 obligan, primero, a recurrir al estoicismo. El entorno es el que es, y no hay milagro que pueda cambiar el horizonte.

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2023 será un año complejo a nivel global. El FMI espera que la economía global crezca 2.7%. Por su parte, la economía de Estados Unidos registraría un crecimiento de 1%. Quizá, lo que hagan la Fed y los Bancos Centrales para controlar la inflación, y la reapertura de la economía china, mejoren las expectativas pero nada que mueva drásticamente la aguja. En tanto, las proyecciones oficiales estiman un crecimiento de 3.0% para la economía mexicana, al tiempo que los analistas lo ubican entre 1.5 y por debajo del 1%.

Con esos datos que desvelan un entorno económico negativo es claro que los impactos que se avecinan tendrán un efecto dominó en las inversiones, en los créditos, en la formalidad, en el empleo, en la seguridad social, en el consumo…

La historia y los pronósticos conforman la ‘tormenta perfecta’ para las mipymes:

A raíz de la pandemia, no ha sido nada fácil para éstas mantener balances positivos en sus cuentas de banco, apalancarse, contratar tecnología y volverse más rentables. Ahora, la ola recesiva proveniente de Estados Unidos en algún momento llegará a México. Por lo tanto, los mayores riesgos los corren quienes tienen una red de seguridad más delgada y frágil, menos capital y resiliencia.

“Por naturaleza, 60% de las pymes quiebra durante los primeros cinco años. Así, su sostenibilidad siempre ha sido compleja. Pero frente al actual entorno es inevitable que quiebren”, asegura Iker Paullada, director de Nexxus México.

“Un crecimiento económico bajo sacará a muchas empresas del mercado. Las mipymes no le pueden hacer mucho frente a esto porque no tienen suficiente resiliencia; en consecuencia, vendrá más precariedad laboral, informalidad y subocupación”, dice Jesús Carrillo, director de Economía Sustentable del IMCO.

“La resiliencia no es la misma para todas las empresas. Las mipymes no están teniendo la formalidad ni los mejores esquemas de financiamiento. Con la narrativa de que el pueblo bueno siempre sale adelante, (el gobierno) se está excusando y dejando que sobrevivan las empresas chiquitas por sus propios medios”, concluye Sofía Ramírez, directora general de México, ¿cómo vamos?

En función de la data disponible, sostiene México, ¿cómo vamos?, con información del INEGI y de las ediciones 2020 y 2021 del Estudio sobre la Demografía de los Negocios, durante 2020 nacieron 619,443 empresas y murieron un millón 10,857, mientras que en 2021 se crearon un millón 187,170 y cerraron un millón 583,930. Es decir, mueren más y nacen menos.

Así, la actividad económica aún no visibiliza la luz al final del túnel, al tiempo que para la autollamada cuarta transformación las mipymes no son prioridad.

Según el documento “En materia económica ¿quién pagará los platos rotos de este gobierno?”, de Christian Martínez Portillo, coordinador de asesores del secretario de la Comisión de Hacienda en el Senado de la República, con base en datos de la Secretaría de Economía, existen 4.2 millones de mipymes que contribuyen con alrededor del 52% del PIB y generan 70% del empleo formal.

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En ese tenor, añade, se observa que el paquete económico que fue aprobado para el ejercicio fiscal de 2023 no contempla apoyos para las pequeñas empresas y, por el contrario, se cancelaron proyectos como el Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, la instrumentación de las políticas de fomento para emprendedores y el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario. Además, siguiendo los mismos criterios de 2022, no habrá presupuesto para el Programa de Microcréditos para el Bienestar.

Las mipymes sobrevivirán a su suerte. ¿Qué puede salvarlas?

Jesús Carrilo, del IMCO, propone: dotar de esquemas especiales de seguridad social a las pymes para los primeros años de la formalidad, otorgarles créditos fiscales, bajarles la tasa de ISR durante los primeros años, idear esquemas para la devolución del IVA; que las declaraciones fiscales sean bimestrales para reducir el costo contable, así como capacitar a los pequeños patrones.

Iker Paullada, de Nexxus México, recomienda: promover la gobernanza y la transparencia en la gestión financiera de las mipymes para acceder a créditos o a mejores financiamientos; institucionalizarse para estar mejor preparadas ante las contingencias; planear hacia adelante, no el corto plazo; reducir costos, gastos, despedir personal si es necesario, ahorrar lo más posible, evitar inversiones innecesarias, buscar sinergias, hacer más eficientes sus operaciones.

Hay más recetas: cuidar su rentabilidad y mejorar el manejo de sus deudas, innovar en servicios, sacarle jugo a los canales digitales de venta, expandirse a otros territorios, contar con plataformas seguras que mitiguen el margen de equivocaciones y automaticen procesos para ahorrar costos; brindar a los clientes la opción de ampliar o mejorar su producto, preparar los micro momentos y desarrollar una relación con él después de la venta.

Por lo pronto, la crisis por la que atraviesan las mipymes trae consigo otras pérdidas, que pagamos todos. Sí, claro, se pierden empleos, pero también se destruyen propuestas de valor para los mercados, se debilita la competencia económica, la calidad en los servicios, el ‘saber hacer’ de los pequeños empresarios y el desarrollo que se produce por su actividad económica.

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Esta historia cuenta con una paradoja. El incremento al salario mínimo, que sin duda es un elemento digno de celebración y aplauso, también puede impactar en la sostenibilidad de las mipymes. Son éstas las que podrían recibir el mayor impacto dado que son las que ofrecen los salarios más bajos. Desde luego, nadie puede oponerse al incremento del salario mínimo, pero sí es importante revisar quién paga más a la hora de observar el incremento de los costos laborales.

De acuerdo con cálculos del IMCO, tomando estimaciones de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, el costo laboral total al salario mínimo por tamaño de patrón será de: 9.4% para las micro empresas (de 1 a 5 asegurados), 4.2% para las pequeñas (6 a 50 asegurados), 1,7% para las medianas (51 a 250 asegurados) y 0.6% para las grandes (251 y más asegurados). Estas cifras no reflejan el costo laboral para las empresas ubicadas en la Zona Libre de la Frontera Norte, donde los impactos son mayores para todas.

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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