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Así amenaza la Inteligencia Artificial a ejecutivos y publicistas

Con los últimos avances en la IA, los niveles ejecutivos que ahora son amenazados representan una circunstancia sin precedentes, apunta Juan Carlos Chávez.
vie 24 febrero 2023 12:00 AM
Singularidad Inteligencia Artificial
La IA tiene acceso a los códigos de intuición humanos, es inteligente, racional, creativa y puede resolver problemas. Entonces, ¿para qué necesita un empresario a un ejército de ejecutivos que drenan millones en utilidades?, plantea Juan Carlos Chávez.

(Expansión) - Nos encontramos frente a un dilema: o vivimos en negación, condenando y subestimando los alcances de las nuevas tecnologías mientras el entorno nos supera, o las entendemos y nos aliamos con ellas.

En el marco de la automatización tradicional y la sistematización mecánica industrial, el temor que tiene la fuerza laboral de ser sustituida por un “robot” no es algo nuevo. Sin embargo, con los últimos avances en la Inteligencia Artificial (IA), los niveles ejecutivos que ahora son amenazados representan una circunstancia sin precedentes.

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Esta situación ha detonado un frente negacionista de resistencia muy curioso que no es más que un reflejo irracional del miedo. Revisemos algunas de las críticas prevalentes para entender mejor lo que realmente sucede.

Algunos argumentan que la IA no es inteligencia sino automatización. En este caso, encontramos errores fundamentales de interpretación. Por un lado, por su raíz etimológica, inteligencia significa poder elegir entre opciones; por lo tanto, por definición, los algoritmos digitales ya son inteligentes desde hace muchos años. Por otro lado, se está confundiendo inteligencia con intuición y creatividad.

Sobre el primero, la intuición que nos admite interpretar altas cantidades de información rápidamente a través de los sentimientos requiere de un organismo biológico con mente y emociones. Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, refiere este proceso neural como Sistema 1. Es cierto, la IA no lo posee propiamente precisamente porque no tiene un cuerpo orgánico. Este modo cognitivo nos permite emitir juicios con base en códigos no racionales, como cuando leemos las intenciones ocultas de una persona por cómo actúa o cuando sabemos que un ser querido se siente preocupado.

La intuición es un lenguaje universal exclusivo de los seres vivientes. Sin embargo, no saquemos conclusiones tan rápido; esto no implica necesariamente una debilidad. Como bien lo señala Kahneman, el Sistema 1 es frecuentemente fuente de sesgos cognitivos que llevan a decisiones incorrectas. De cualquier forma, la IA tiene acceso a la interpretación racional de los sentimientos humanos, la cual le permite identificar causalidad intuitiva, como detectar que alguien está triste por su expresión facial. Elon Musk le llama resonancia límbica y está presente en todo lo que documentamos en internet.

Con respecto a lo segundo, la creatividad es nuestra facultad de conectar pensamientos (tanto racionales como intuitivos) para formar nuevas ideas que impactan dentro y fuera de la mente. En este sentido, la IA definitivamente ya obtuvo este don recientemente. La creatividad ya no es exclusivamente humana.

Continuando con las objeciones, existe el argumento de que la IA no tiene capacidad de resolver problemas. Eso habría que preguntárselo a Garry Gasparov, campeón mundial de ajedrez, cuando fue vencido por el sistema informático Deep Blue en 1997. La IA no solo puede resolver problemas sino que ha superado la capacidad humana en este sentido desde hace tiempo.

Finalmente, otro tipo de resistencia se va al otro extremo sobreestimando y condenando el fenómeno como una fuerza "malvada". De nuevo, nos encontramos frente a una confusión hermenéutica. El “bien” y el “mal” dependen del objetivo que usemos como punto de referencia; por lo tanto, la IA será buena cuando nos ayude a proteger nuestros propósitos, en especial aquél que lucha por defender la vida en todas sus manifestaciones. En contraparte, se convierte en algo profundamente adverso cuando actúa en contra de la prevalencia vital. Aquí el error es asumir que tiene un carácter positivo o negativo per se.

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Uniendo estas piezas, encontramos que la IA tiene acceso a los códigos de intuición humanos, es inteligente, racional, creativa y puede resolver problemas. Entonces, ¿para qué necesita un empresario a un ejército de ejecutivos que drenan millones en utilidades? Por poner un ejemplo, el ego de un publicista lo haría pensar que es irremplazable, pero lamento informarles, queridos colaboradores, que la IA ya puede desarrollar estrategias, artes, narrativas y procesos más apegados a los deseos humanos y más eficientemente que la gran mayoría de los “mercadólogos” actuales.

El mundo de los negocios está cambiando rápidamente. La respuesta a la pregunta anterior es que las empresas aún necesitan a los humanos para moderar, controlar y supervisar las funciones de la IA.

¿Y tú, serás víctima o beneficiado de esta nueva ola de cambio que llegó para quedarse?

Nota del editor: Juan Carlos Chávez es Profesor de Creatividad y Bioeconomía (Genética, Neurobiología, Biofísica y Psicología en un contexto económico) en el sistema UP/IPADE y autor de los libros Inteligencia Creativa (2022), Multi-Ser en busca de sentido (2021), Psico-Marketing (2020) y Creatividad: el arma más poderosa del Mundo (2019). Es director de www.G8D.com Agencia de Comunicación Creativa y consultor de cientos de empresas nacionales y transnacionales. Síguelo en Facebook , Instagram y LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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