Los factores ambientales, sociales y de gobernanza de una empresa son relevantes porque terminan influyendo en el desempeño financiero y esto es más fácil de decir que de medir. A diferencia del desempeño financiero, el ASG requiere ponderar aspectos que no se pueden medir en dinero. Si bien hay conocimiento específico para algunas industrias y zonas, esto no necesariamente permea de forma natural hacia todas las empresas, ni mucho menos resulta sencillo de entender en algunos casos.
Los factores ASG se deben identificar, medir y clasificar para poder reportarse. Una vez reportados, pueden servir a los analistas para desarrollar estrategias de inversión donde se tomen como referencia para incentivar la inversión en alguna empresa en particular. También pueden ayudar a ‘ranquear’ empresas en un sector o de acuerdo con algún criterio en particular, así los inversionistas potenciales pueden tomarlos como elementos de decisión.
Principalmente, existen cinco estrategias para implementar los factores ASG en un portafolio de inversión:
1. Evaluación ASG
Es un análisis básico de los factores ASG que identifica las características más relevantes de un activo. Puede derivar en que se eviten ciertos activos, empresas, industrias o geografías del portafolio de inversión en función de los factores de riesgo o valor potencial que indican los elementos ASG. Esta estrategia se puede implementar de forma independiente o en combinación con otras.
2. Diseño ASG
En el siguiente paso, los factores ASG se utilizan como elementos de toma de decisión para ponderarlos en el análisis y elegir los mejores activos para invertir. Requiere más trabajo e información, ya que no es un filtro, sino un elemento de alineación con lo que busca el inversionista.
3. Priorización ASG
El ESF First se guía por un mandato que antepone el desempeño ASG en el diseño del portafolio al rendimiento. Esto se puede alinear con elementos de riesgo del portafolio, pero no debe ser totalmente racional desde el punto de vista de rendimiento.