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¿Por qué fracasan los productos o servicios que las empresas ofrecen?

Es común que el nulo éxito se atribuya a la mala suerte o a la improductividad de la fuerza de trabajo. Por lo general, no es así, apunta Guillermo Fournier.
vie 24 febrero 2023 06:05 AM
¿Por qué fracasan los productos o servicios que las empresas ofrecen?
Son muchos los productos y servicios que fracasan día con día en su anhelo por posicionarse como revolucionarios, sucumbiendo ante la calamidad de la falta de demanda y escasas ventas, considera Guillermo Fournier.

(Expansión) - Atender una necesidad específica de mercado es esencial para cualquier negocio de provecho. Ciertamente, algunas empresas y visionarios van más allá y se vuelven capaces de crear necesidades de mercado -véase el ejemplo genial de Apple tras la presentación de su producto iPhone, vigente hasta hoy-.

Lo cierto es que son muchos los productos y servicios que fracasan día con día en su anhelo por posicionarse como revolucionarios, sucumbiendo ante la calamidad de la falta de demanda y escasas ventas, lo cual suele llevar a la compañía en cuestión hacia escenarios de franca crisis financiera.

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Pero ¿qué hay detrás del no cumplimiento de las expectativas de comercialización? Es común que el nulo éxito se atribuya a la mala suerte o a la improductividad de la fuerza de trabajo. Por lo general, no es así.

Aquí comparto algunas claves para comprender por qué no todos los productos que se ofertan en el mercado tienen el éxito que tanto esperan los empresarios.

En primer lugar, como saben aquellos que inician un proyecto de negocio, es indispensable identificar la necesidad de mercado. En otras palabras, un emprendimiento rentable será capaz de atender la demanda de determinadas audiencias para satisfacerlas con productos o servicios específicos.

Con frecuencia quienes plantean una idea de emprendimiento se decantan por propuestas que, aunque pueden parecer interesantes en primera instancia, no trascienden en dar respuesta a necesidades concretas de mercado.

Un concepto de negocio que puede resultar exitoso en una ciudad concreta no necesariamente generará dividendos en otras latitudes. Para ello existen instrumentos funcionales como los estudios de mercado.

Iniciar un negocio o lanzar un producto sin respaldo metodológico es como navegar a ciegas. Por supuesto, las probabilidades de cometer un desacierto incrementan exponencialmente. Esto puede costar mucho tiempo y dinero.

Más de una vez he escuchado testimonios de emprendedores que dan por descontado que la gente consumirá sus productos o servicios porque ellos creen fervorosamente en el éxito y aceptación de los mismos.

Lo peor es que, por lo general, no media ningún tipo de estudio científico respecto de la eventual aceptación o rechazo del producto en cuestión en el mercado meta.

Como afirmaba el gurú de la comunicación y los negocios, Dale Carnegie: “por más que me gusten en lo personal los chocolates, nunca me atrevería a poner dicho alimento como carnada para pescar en el mar”.

Hace falta medir con herramientas confiables si un producto o servicio tendrá buena aceptación y demanda en el mercado. De otro modo, no se llegará muy lejos.

En segundo término, esperar que el producto o servicio se venda por sí solo es una equivocación. Es fundamental que exista una estrategia de marketing y publicidad para darlo a conocer, con el apoyo tanto de los medios tradicionales como de las plataformas digitales.

Estoy de acuerdo en que el llamado “word of mouth” o recomendación boca en boca sigue siendo sumamente potente para el posicionamiento de productos, pero diversificar los canales de comunicación con los potenciales clientes es imprescindible para que la comercialización sea efectiva.

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Para tal cometido, servirse de expertos y profesionales en la materia resultará crucial. La mercadotecnia es una disciplina y a la vez un arte; negarlo sería tanto como asumir que marcas como Coca-Cola o Bimbo se han consolidado por mera inercia, sin recurrir a las bondades de la publicidad.

Por último, considero que la calidad y el servicio al cliente son esenciales para afianzar la vigencia o no de un producto o servicio -particularmente si este es novedoso en el mercado-.

El mercado de consumo solo aceptará el producto si este satisface sus expectativas. De ser así, las probabilidades de retención o venta futura incrementarán de forma óptima.

Es posible que el producto o servicio ofrecidos atiendan una necesidad concreta de mercado, pero si la calidad deja que desear, simplemente, serán descartados.

Al cumplir con las demandas del consumidor, no solo se satisface al cliente, sino que se establece el primer paso para crear fidelidad, lo cual se traduce en rentabilidad garantizada, si es que las recomendaciones y la concurrencia de la clientela se materializan.

Vender con inteligencia y cosechar los frutos de una estrategia de mercado de excelencia: ahí radica la llave para hacer exitosos los productos y servicios ofrecidos por una empresa.

Nota del editor: José Guillermo Fournier Ramos es docente en la Universidad Anáhuac Mayab. Vicepresidente de Masters A.C., asociación civil promotora de la comunicación efectiva y el liderazgo social. También es asesor en comunicación e imagen, analista y doctorando en Gobierno. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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