(Expansión) - Los “maestros de oficio” o el sector laboral de reparaciones y mantenimiento actualmente se enfrentan a un atraso digital y en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) que los retiene en la informalidad, la falta de seguridad social y el retraso educativo, por lo cual sus servicios independientes son poco valorados por un mercado cada vez más exigente. Un modelo de negocio ‘franquiciable’ podría revertir la situación y detonar el sector de mantenimiento en México.
Franquicia, puente para el crecimiento económico de los emprendedores de oficio
El sector privado debe invertir en capacitación, profesionalización y digitalización de los maestros de oficios para elevar la calidad y competitividad.
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En México los técnicos de reparaciones y mantenimiento generan un ingreso promedio de 5,800 pesos mensuales, según el Observatorio Laboral (2022). Es decir, los plomeros, carpinteros, cerrajeros, vidrieros y demás “maestros” de oficio, cuyos conocimientos y trabajo son tan necesarios, aportan 529,670 millones de pesos al PIB Nacional según estadísticas de la encuesta de ocupación y empleo del 2022 .
Pese a lo anterior, ellos apenas alcanzan una escolaridad promedio inferior a la media superior en el 80% de los casos; además, carecen de alguna educación formal en el oficio que desempeñan. Lo anterior lleva a que la mayoría trabaje en la informalidad, sin seguridad social y sin prestaciones de ningún tipo.
Por otro lado existen 35 millones de hogares en México (Inegi 2020), los cuales requieren algún tipo de mantenimiento, por lo menos dos veces al año, sin contar mejoras, ampliaciones o remodelaciones. Cuando los usuarios requieren de algún técnico en reparación, muchos se enfrentan a la enorme informalidad que resulta en malas experiencias de compra, que van desde la impuntualidad, hasta casos como el de que “al maestro se le dio anticipo y ya nunca regresó ni contestó”. Casos como los anteriores lamentablemente son muy frecuentes en el sector, así que no es de extrañar que los usuarios sean renuentes a pagar precios más justos por este tipo de servicios, o que incluso prefieran hacer las reparaciones ellos mismos.
Estas experiencias de compra deficientes son el resultado natural de las carencias a las que se enfrentan los maestros o emprendedores de oficio. Por ejemplo: el técnico de oficio, sin acceso a la banca, ni al financiamiento regulado, difícilmente puede tener un medio de transporte de modelo reciente, así como también un medio de comunicación móvil que le permitan responder y acudir de manera oportuna a los servicios que se le requieran, pues la inmediatez es una pieza clave en este negocio. De igual manera a este mismo técnico le resulta complicado poder atender garantías de su propio trabajo por falta de infraestructura administrativa y financiera, dejando a los clientes sin seguridad de lo que están pagando. Ambas partes, tanto usuarios como emprendedores de oficio son quienes resultan afectados por la falta de modernización en el sector.
El sector privado debe invertir en capacitación, profesionalización y digitalización de los maestros de oficios para elevar la calidad y competitividad.
La solución es un modelo de franquicia, ya que por definición son modelos de negocio comprobados e innovadores en mejora continua de procesos, y cuyas marcas, normalmente de prestigio, apuestan tanto por perfeccionar la experiencia del usuario como por la digitalización.
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Según cifras de la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), los modelos de franquicia tienen un índice promedio de sobrevivencia del 90% para el quinto año, mientras que el índice de los negocios independientes es de 30% antes del segundo año, por lo que un modelo de negocio franquiciable como el que lanza este tipo de empresas es necesario para detonar el crecimiento del sector y frenar su estancamiento.
Además, por la escalabilidad de su marca registrada y del software desarrollado exclusivamente para la gestión del mantenimiento, podría potencialmente beneficiar directa o indirectamente a los 1.8 millones de personas ocupadas en el mismo, así como a miles de familias y empresas mexicanas que merecen mejores experiencias de servicio.
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Nota del editor: Esteban Azpilcueta es Director de Franquicias y cofundador de El Mil Usos. Síguelo en LinkedIn. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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