No obstante, el subíndice subyacente, que engloba los elementos menos volátiles y estacionales, alcanzó un 6.64% en julio de 2023, cifra que concuerda mejor con la situación inflacionaria y monetaria que enfrenta el país. De hecho, el 2 de febrero compartí en mi cuenta de Twitter tres modelos econométricos de pronóstico para la serie de inflación subyacente. Y, efectivamente, la inflación actual concuerda con esos pronósticos. En términos de inflación, aún no podemos cantar victoria. Banxico sigue sobrepasando por mucho su objetivo de inflación si nos enfocamos en el índice subyacente, que es el que refleja la inflación de la economía desde un punto de vista monetario y estructural.
Al respecto, la inflación no subyacente es la causante de ese "maquillaje" del INPC. Particularmente, los precios de energéticos autorizados por el gobierno han mostrado descensos mensuales desde abril hasta julio de 2023, el mes en análisis. La inflación no subyacente suele ser volátil, y en el caso de los precios energéticos, solo observamos un fenómeno cíclico y estacional que se ha manifestado desde 2020 con los efectos del Covid-19. Por lo tanto, la base comparativa de estos meses es inestable, provocando un efecto estacional en la inflación.
¿Qué indica la política monetaria y la economía?
Ante la dualidad existente entre el rendimiento económico y la tasa de interés, aunque la tasa objetivo de Banxico es del 11.25% y parece estar en terreno restrictivo, a mi parecer no lo está tanto. Si tomamos en cuenta que la demanda de dinero en junio y julio fue del 10% y 9% nominalmente, respectivamente, en términos reales, la demanda de dinero aumentaría alrededor del 4%, lo que no se puede considerar astringencia monetaria. Hay que recordar que la tasa de interés objetivo es solo un precio, que puede volverse subjetivo en términos de su “restrictividad” si su impacto en la cantidad de dinero es poco significativo.
Por otro lado, los Indicadores Globales de la Actividad Económica (IGAE) de este año señalan un avance expansivo de la economía mexicana en comparación con el año anterior. Por ello, Banxico podría endurecer más la política monetaria, justificándose en las acciones de la Reserva Federal, posiblemente llegando a una tasa terminal entre 11.5% y 11.75%.