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Arbitrajes internacionales, ¿quién paga los platos rotos?

Los arbitrajes ante las cortes internacionales son tanto un mecanismo de prevención como de protección a inversionistas.
mar 26 septiembre 2023 06:07 AM
Arbitrajes internacionales, ¿quién paga los platos rotos?
¿Por qué están en aumento los arbitrajes en contra de gobiernos latinoamericanos?, plantea Andrés García.

(Expansión) - Todos sabemos las historias del declive económico en Venezuela y Argentina. Después de todo, son recientes, de los últimos 30 años. La mezcla de populismo, corrupción y polarización condujeron a decisiones económicas erradas. Así llegaron efectos no deseados como la inflación, el desempleo, y la desigualdad. Pero como dije, esto ya lo sabíamos.

Hay otros males que acosan a estas naciones de los que poco se habla. Los gobiernos de estos países comenzaron a enfrentar decenas de arbitrajes internacionales. Decenas de inversionistas extranjeros a quienes sus derechos contractuales se les habían violado presentaron procesos de resolución de disputa en organismos internacionales, fuera de la jurisdicción de las cortes locales, como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) y la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI).

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En el año 2010, Venezuela y Argentina fueron las dos naciones del mundo con el mayor número de arbitrajes en contra en el CIADI, donde uno de tres casos se había originado en América Latina.

Lo más curioso y peligroso de este mal son sus tiempos. A diferencia del desempleo o la inflación, que se reflejan inmediatamente, la sociedad no siente en su bolsillo el multimillonario costo de un arbitraje perdido hasta muchos años después de ocurrida la brecha contractual con el inversionista. Por ejemplo, entre 2008 y 2010, Hugo Chávez nacionalizó los activos de la minera canadiense Crystallex; sin embargo, fue solo en el año 2016 que la minera logró ganar su caso en contra de Venezuela, y apenas en el 2022, después de 14 años encontró una forma viable de recuperar lo que perdió.

La misma situación ocurre hoy en Argentina, donde algunos de los arbitrajes producto de la nacionalización de la petrolera YPF en 2012 se resolverán en los próximos meses, costándole a los argentinos cifras descomunales. Doce años y contando. O en Perú, en donde en 2021 la española Telefónica comenzó un caso de arbitraje por una disputa que se desenvolvió entre 1998 y 2021. Es decir, la resolución de ese conflicto ocurrirá más de dos décadas después.

¿La constante en estos dos casos? Primero, la brecha de más de una década entre la fecha del daño original a los inversionistas y su resultado. Segundo, los lideres del momento, Hugo Chávez y Cristina Fernández de Kirchner, ya no estaban en el poder para responder. Al final quienes pagan los platos rotos de este sistema son los ciudadanos, ya que cada centavo que es gastado en representación y pago de laudos es dinero que proviene de impuestos y que no se invierte en escuelas, hospitales ni carreteras.

Los arbitrajes ante las cortes internacionales son tanto un mecanismo de prevención como de protección a inversionistas. Ya que ninguna de las partes (el gobierno o el inversionista) quiere pagar laudos millonarios, dictados por árbitros en el exterior, se supone que hay un incentivo en ambas partes para comportarse bien. Pero entonces, ¿por qué están en aumento los arbitrajes en contra de gobiernos latinoamericanos?

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Sin ánimos de simplificar, la historia reciente muestra que los casos en contra de estados soberanos se disparan después de cambios políticos drásticos a nivel nacional, cuando un nuevo gobierno intenta redirigir el rumbo del país a expensas de los compromisos y arreglos contractuales pactados entre los inversionistas y el gobierno anterior. En ese momento los inversionistas deciden presentar sus casos. Para el nuevo político el riesgo es mínimo, ya que los costos de entrar en arbitraje muy seguramente repercutirán a otro gobierno debido a los largos tiempos procesales, que casi siempre superan los cortos mandatos gubernamentales.

En México, según Crista Perez del BBVA, con un sexenio próximo a terminar, la Secretaría de Economía reporta que existen 14 avisos de inversionistas extranjeros con la intención de someter una reclamación de arbitraje. Más grave aún es que tan solo en lo corrido del 2023 se abrieron nueve casos de arbitraje contra México en la corte internacional CIADI. Está claro que el gobierno de AMLO no será el responsable de conciliar, litigar, o pagar por estos casos. Eso le corresponderá al próximo sexenio, o inclusive al que le siga.

Mientras tanto, en Colombia, Chile y posiblemente Ecuador el péndulo político se movió de nuevo y con este llegaron nuevos cambios drásticos a las políticas públicas y compromisos del pasado; decisiones muy similares a las que pusieron en jaque a Venezuela y Argentina hace una década, y que ahora acosan a México y a otros países de la región. Esta vez, por lo menos, ya sabemos con certeza quién pagará (y quien no) por los platos rotos.

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Nota del editor: Andrés García es Associate Partner en Dentons Global Advisors. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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