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Oda racional y lírica a la vida

Somos parte de algo grande, mucho más inmenso que nosotros mismos.
mié 27 septiembre 2023 05:59 AM
Oda racional y lírica a la vida
El 'sentimiento oceánico' que imaginó Freud, refiriéndose a aquello que experimentamos cuando caemos en cuenta de la magnitud de lo que somos parte, es especialmente ilustrativo para percibir la importancia la vida, apunta Juan Carlos Chávez.

(Expansión) - Parecería fácil distinguir las manifestaciones de la vida, pero definirla es un ejercicio complejo que devela respuestas potentes y penetrantes.

Una consideración particularmente técnica y física diría que la vida consiste en utilizar la energía libre al hidrogenar el dióxido de carbono para ejecutar tareas de mantenimiento y reproducción. Dicho de otra forma, aún más fría, electrones buscando reposo.

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Quizá las anteriores no son ideas muy emotivas —ya llegaremos a ellas—, pero la mecánica bioquímica de los procesos vitales es crucial para nuestra misión de comprender este concepto tan magnánimo.

En resumen, la vida necesita tres atributos biofísicos para ser: compartimentalización, metabolismo y replicación. Es decir, requiere de 1) fronteras que delimiten su composición, 2) sistemas de procesamiento de energía y 3) la posibilidad de hacer copias de sí misma transmitiendo información y admitiendo variantes para su optimización. Estas últimas, conocidas como mutaciones, son clave para permitir la evolución a través de la selección natural.

El sentido común nos dice que primero se debieron dar las barreras que encierran elementos “individuales”. Pero la ciencia aún no consigue un consenso absoluto sobre qué fue primero: la facultad de metabolizar o de autorreplicarse. Es un problema un tanto parecido al del huevo y la gallina.

La ciencia moderna ya nos ha respondido muy específicamente sobre cómo funcionan y cómo se pueden dar estas cualidades propias de los entes vivos:1) La compartimentalización se construye con bicapas de ácidos grasos ya que sus propiedades químicas presentan colas que repelen el agua (hidrofóbicas) y cabezas que la atraen (hidrofílicas). Esto forma paredes muy estables como las membranas celulares.

2) El metabolismo se da con el intercambio de protones y electrones. Las membranas celulares absorben la energía libre de compuestos como azúcares o fotones de los rayos del sol para expulsar electrones que realizan trabajo útil.

3) La replicación se da con cadenas de ácidos desoxirribonucleicos y ribonucleicos (DNA y RNA). Son instructivos creados con 5 “letras” o nucleótidos (A, C, T, G, U) que comparten los datos necesarios para formar nuevas copias del organismo.

Estos excepcionales fenómenos han encauzado la serendípica hazaña de crear millones de especies de seres vivientes. Como el Homo sapiens, que ha conseguido prevalecer en un entorno hostil, ser creativo y consciente de sí mismo.

Desde una perspectiva amplia, pareciera que la vida no solo busca resistir y prevalecer sino adueñarse del mando del destino y modelado físico del futuro. Uso la palabra “busca” de manera metafórica ya que asumir que se trata de un esfuerzo “consciente” (como experimentamos y entendemos la consciencia humana) es una aseveración muy poco acertada y cuya esencia real supera nuestras capacidades cognitivas actuales. Sin embargo, podemos observar que las condiciones originales que dieron pie a las manifestaciones vitales tienden a dichos comportamientos.

Entonces, ¿qué es la vida?

Como expuse anteriormente, tenemos definiciones técnicas precisas que describen sus procesos biomecánicos, pero su esencia profunda sigue siendo una interrogante.

Aún así, podemos intuir que somos parte de algo grande, mucho más inmenso que nosotros mismos. El sentimiento oceánico que imaginó Freud, refiriéndose a aquello que experimentamos cuando caemos en cuenta de la magnitud de lo que somos parte, es especialmente ilustrativo para percibir la importancia la vida. Pertenecer a un esfuerzo tan extraordinario conlleva privilegios y responsabilidades.

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Es urgente vislumbrar, como humanidad, la particularidad sobre la oportunidad de existir, resistir y estar conscientes de ello. Desde una perspectiva científica, filosófica o intuitiva, la probabilidad de llegar hasta aquí bajo estas condiciones es ínfima. Es momento de demostrar que podemos abrazar esta ventana única para crear nuevas y mejores realidades.

Actualmente entendemos muchas cosas y muchas más no, pero la suerte de estar vivos es una eventualidad épica que podemos reconocer fácilmente.

Al final de cuentas, como diría Calderón de la Barca, la vida es sueño y los sueños, sueños son; agregaría que lo que podemos lograr y experimentar a través de ella trasciende al sueño más audaz jamás imaginado. Unamos fuerzas para protegerla.

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Nota del editor: Juan Carlos Chávez es Profesor de Creatividad y Bioeconomía (Genética, Neurobiología, Biofísica y Psicología en un contexto económico) en el sistema UP/IPADE y autor de los libros Inteligencia Creativa (2022), Multi-Ser en busca de sentido (2021), Psico-Marketing (2020) y Creatividad: el arma más poderosa del Mundo (2019). Es director de www.G8D.com Agencia de Comunicación Creativa y consultor de cientos de empresas nacionales y transnacionales. Síguelo en Facebook , Instagram y LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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