Nuestro cerebro tiende a percibir con mucha mayor intensidad lo negativo que lo positivo. Por ejemplo, para una persona es mucho más relevante evitar perder un peso que buscar ganar cuatro pesos extra. Esta forma de pensar, natural en el comportamiento humano, hace que nos cueste mucho trabajo tomar decisiones de inversión. Ante esto, surge una pregunta importante: ¿realmente es riesgoso invertir?
¿Por qué es importante desmitificar la inversión?
Todos tenemos alguna historia conocida de alguien que perdió dinero al invertir. Desde la anécdota del vecino que entró a una tanda y nunca le pagaron, hasta las historias de terror de personas que confiaron su dinero en lo que creía que era una institución seria, pero que no fue así y perdieron su patrimonio. Estas historias se quedan grabadas en nuestra memoria y cuando nos enfrentamos a tomar una decisión relacionada con invertir nuestro dinero, regresan rápidamente a nuestra mente y es aquí donde nuestra percepción negativa se intensifica. Sin embargo, es un hecho que con esta mentalidad perdemos de vista el beneficio que tenemos al invertir. Recordemos que, si solo nos enfocamos en el riesgo, que muchas veces es infundado, no obtendremos ninguna ventaja de la inversión.
La realidad es que estas experiencias son mucho menos recurrentes comparadas con las historias de éxito. Además, generalmente van acompañadas de uno de los grandes mitos en las inversiones: una inversión exitosa es volverte rico de la noche a la mañana.
Para derrumbar este mito tan peligroso es necesario entender que el principal objetivo de una inversión es proteger tu dinero, es decir, hacer que tu dinero no pierda valor. Para esto lo único que necesitas es que tu dinero crezca más rápido de lo que crecen los precios, o como comúnmente se conoce, más que la inflación.
Nuestro cerebro siempre tratará de evitar lo negativo: evitar perder. Pero existe un enemigo muy grande que tenemos ante nosotros y la gran mayoría de las personas no logra verlo. Este enemigo aparece cuando guardas tu dinero sin hacerlo crecer (ya sea en el banco, en el colchón o en tu cartera). Puedes tener la sensación de que de esta forma no pierdes, pero no te das cuenta de que cada día que pasa tu dinero te alcanza para menos, cada día estás perdiendo.
Ahora bien, ganarle a la inflación debe ser lo mínimo que debes buscar en una inversión, pero ¿cuál es el máximo? o ¿qué tanto puedo buscar sin tomar grandes riesgos? Es aquí donde entra el segundo de los grandes mitos: las inversiones son complicadas y para expertos.
No te compliques. Identifica cuál es la tasa de rendimiento de los Cetes (o lo que pague el gobierno del país en donde estés) y ese es tu rendimiento de referencia. Ese instrumento será lo más seguro que puedas encontrar. Mientras tu rendimiento esté más alejado de ese número, estás tomando más riesgos.
El miedo a perder siempre estará presente en momentos de toma de decisiones. La clave está en analizar ese miedo, entender lo que estamos haciendo e identificar si tiene algún fundamento o solo está apareciendo como parte de un mecanismo natural de defensa. Si bien no podemos evitar sentir miedo, hay que aprender a domarlo y aprovecharlo, como lo dice Warren Buffet: “Ten miedo cuando los demás sean codiciosos y sé codicioso cuando los demás tengan miedo”.
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Nota del editor: Fernando Guerrero Blanco es subdirector de estrategia digital en Casa de Bolsa Finamex. Cuenta con un MBA en el ITAM y tiene más de 10 años de experiencia en el sector financiero. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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