(Expansión) - En el mundo y en México hemos avanzado en acciones para reducir la discriminación laboral, empezando por desarrollar estrategias para que cada vez haya más organizaciones diversas e inclusivas para todas las personas sin importar su género, edad, raza, orientación sexual, condición social, estado de salud, preferencia política, entre otras características que no deben estar relacionadas con el desempeño de las personas en sus empleos.
¿La Inteligencia Artificial fomenta o desfavorece la discriminación laboral?
Aunque hay esfuerzos claros en políticas públicas y lineamientos particulares en algunas empresas para la no discriminación, es arduo el camino por recorrer dada la enorme oferta de personas laborando que buscan una oportunidad para destacar en un mercado laboral ampliamente competido.
Lo anterior no es una tarea sencilla y ahora las herramientas digitales juegan un papel trascendental en la selección de personal. Algunos podrían considerar que la tecnología, en especial, la Inteligencia Artificial, a pesar de que claramente eficientiza el proceso para identificar al mejor talento de acuerdo con el perfil específico que están buscando las empresas, puede discriminar al descartar candidatos antes del contacto entre personas.
Desde el otro punto de vista, que es más válido de acuerdo con mi perspectiva, los procesos automatizados o robots pueden aligerar el trabajo de las áreas de Recursos Humanos al seleccionar a los candidatos idóneos por sus características profesionales y sesgar a los que no cumplen con los requisitos de experiencia y habilidades que requiere el puesto laboral.
Lo cierto es que en temas de disrupción, siempre hay diferentes puntos de vista y claras ventajas y desventajas. Sin embargo, estoy convencido que la discriminación no es un asunto de la tecnología, tiene que ver con las decisiones o puntos de vista de un grupo de humanos y no solo al momento de gestionar un proceso de reclutamiento para cubrir un puesto, sino como parte de una cultura organizacional.
En una encuesta de OCC, el 56% dijo que ha experimentado algún tipo de discriminación laboral y un porcentaje similar ha decidido renunciar a su empleo por esta problemática, lo que demuestra que es más común de lo que pensamos en las organizaciones del país.
Y va más allá, porque la discriminación laboral es un asunto que afecta tanto a los empleados como a las organizaciones empleadoras. En los trabajadores tiene un efecto en su desarrollo profesional y personal, pues puede producir un bajo rendimiento y productividad, ocasiona insatisfacción, falta de motivación y afecta a la salud física y mental; en cuanto a las organizaciones, esta problemática repercute en su reputación como marca empleadora, como un buen lugar de trabajo y por ende en su capacidad de atraer y retener al mejor talento. Además afecta la convivencia y colaboración interna y, en consecuencia, en la productividad de la empresa y en su permanencia en el mercado.
Es prudente que los empleadores tomen acciones para evitar prácticas discriminatorias desde sus procesos de reclutamiento, pero sin dejar de lado la tecnología, ya que ésta no solo puede eficientizar los procesos, dando espacio y tiempo a las personas para el contacto humano y la toma de decisiones estratégicas, sino que utilizada de manera oportuna, puede coadyuvar a reducir la discriminación laboral.
Nos toca a los representantes de las empresas informarnos y prepararnos para capacitar a nuestra gente para aprovechar la tecnología al máximo y así darnos tiempo para el contacto y enfoque humano, que debe seguir siendo el centro de nuestras organizaciones.
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Nota del editor: Sergio Porragas es Director de Operaciones (COO) de OCCMundial. Es Licenciado en Administración de Empresas con especialidad en Finanzas por la Universidad Nuevo Mundo. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
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