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Una nueva directiva europea sobre sostenibilidad corporativa

La Directiva de Debida Diligencia en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) obliga a las empresas europeas de cierto tamaño a garantizar prácticas responsables y sostenibles en sus cadenas de suministro.
vie 22 diciembre 2023 05:59 AM
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Las empresas mexicanas con lazos comerciales con Europa podrían encontrarse directa o indirectamente sujetas a la Directiva de Debida Diligencia en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD).

(Expansión) - El pasado 14 de diciembre, la Unión Europea (UE) anunció un acuerdo sobre la Directiva de Debida Diligencia en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD), marcando un hito en la política pública sobre responsabilidad corporativa global.

En esencia, la CSDDD obliga a las empresas europeas de cierto tamaño a garantizar prácticas responsables y sostenibles en sus cadenas de suministro, buscando prevenir y sancionar violaciones de derechos humanos (como trabajo infantil, explotación y discriminación laboral), daños ambientales graves (como destrucción de ecosistemas y deforestación), así como prácticas indebidas de divulgación de información sobre impacto social y medioambiental. La responsabilidad se extiende a las actividades de empresas subsidiarias y proveedores, incluso aquellos que se encuentren fuera de Europa.

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Aun cuando esta directiva se centra en empresas con operaciones en Europa, tendrá repercusiones en las cadenas de suministro alrededor del mundo. Las empresas mexicanas con lazos comerciales con Europa podrían encontrarse directa o indirectamente sujetas a la CSDDD en dos supuestos:

1. Aplicabilidad Directa: Las empresas mexicanas con un volumen de negocios significativo en la UE o cotizadas en bolsas europeas deberán cumplir directamente con la CSDDD.

2. Influencia Indirecta: Aun cuando no tengan presencia directa en la UE, algunas empresas mexicanas deberán alinearse con estas regulaciones en la medida que sean subsidiarias o proveedoras de empresas europeas cuando éstas refuercen sus prácticas de debida diligencia. Por ejemplo, podrán exigirles políticas, procedimientos y certificaciones de cumplimiento que les permitan identificar y mitigar riesgos en sus operaciones.

Países europeos como Francia, Países Bajos, Suiza y más recientemente Alemania, ya cuentan con legislación sobre debida diligencia en la cadena de suministro. La CSDDD pretende armonizar estas disposiciones nacionales y, en principio, es una buena noticia para las empresas mexicanas que operan en varios países de la UE, ya que podría simplificar los requisitos de cumplimiento. Sin embargo, también significa que los estándares más altos entre estas leyes nacionales podrían convertirse en la base para el resto.

Ahora bien, para que la CSDDD tenga pleno efecto, los estados miembros de la UE deben integrarla en sus leyes nacionales. Esta transposición es más que una mera formalidad. Cada país interpretará y adoptará la directiva dentro de su marco legal, lo que podría generar variaciones en la manera que se aplica esta legislación en las distintas jurisdicciones dentro de la UE.

De tal suerte, para las empresas mexicanas que tienen lazos comerciales con la UE, la CSDDD representa un desafío y también una oportunidad. Aquellas que se alineen proactivamente con los estándares de la directiva podrán aprovechar una ventaja competitiva que les permita entablar o fortalecer relaciones comerciales con socios europeos. Por el contrario, su desconocimiento o incumplimiento podrían excluirlas de valiosas oportunidades de negocio. El contenido y alcance de la CSDDD es especialmente relevante para sectores como la manufactura, los textiles y la agricultura, donde las cadenas de suministro están estrechamente entrelazadas con las empresas europeas.

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El impacto de esta directiva no se limita a las grandes empresas; también afecta a las PyMES, que forman una parte esencial de las cadenas de suministro globales. Estas empresas más pequeñas tendrán que elevar sus estándares para cumplir con las exigencias de sus contrapartes mayores. Este cambio podría requerir inversiones en capacitación, mejoras en infraestructura y sistemas de gestión más robustos.

En suma, la CSDDD podría ser el precursor o el catalizador de un nuevo estándar global en debida diligencia y responsabilidad corporativa sobre las cadenas de suministro. La capacidad de las empresas para adaptarse y alinearse con estos nuevos estándares será clave para prosperar en el cambiante panorama empresarial global.

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Nota del editor: Pablo Jiménez Zorrilla es socio de Von Wobeser y Sierra, S.C. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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