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Desarrollo de software, el lado poco conocido del ‘nearshoring’

El 'nearshoring' en el desarrollo de software representa una oportunidad de ganar-ganar si se aborda desde una perspectiva de colaboración, integración y valor agregado.
jue 11 enero 2024 06:01 AM
Desarrollo de software, el lado poco conocido del 'nearshoring'
Es crucial para México no sólo capitalizar su posición geográfica y su acceso a tecnología e información, sino también fomentar la integración de talentos diversos para construir una potencia mundial en el desarrollo de tecnología, considera Enrique Bay.

Hablar de nearshoring es adentrarse en una tendencia en la que se destaca la migración de operaciones en el ámbito industrial y manufacturero. Sin embargo, hay un lado menos visible pero igualmente relevante: el nearshoring en el desarrollo de software. Esta estrategia, cada vez más adoptada por empresas de Estados Unidos, Canadá y Europa, ha sido un tema de crecimiento para México en particular.

La esencia de esta modalidad implica que compañías extranjeras buscan establecer centros de producción de código en territorio mexicano. Las razones detrás de este movimiento son diversas, pero uno de los factores clave es el atractivo costo de los desarrolladores de software en comparación con sus contrapartes en el mundo.

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Desde mi experiencia en el gremio del desarrollo tecnológico, puedo decirles que el mercado laboral en México está experimentando una oportunidad única: las empresas extranjeras encuentran costos más bajos, mientras que el talento mexicano accede a salarios más elevados en relación con el mercado.

De acuerdo con la empresa global de recursos humanos Deel, que atiende a clientes como Shopify y Dropbox, alrededor de 3,000 compañías con sede en Estados Unidos utilizaron sus servicios para contratar en América Latina, en el primer trimestre de 2023. Y es que los clientes de la firma de capital humano pagan, en promedio, un salario anual de 74,400 dólares en toda la región para contratar a un grupo de ingenieros.

Si esto se compara con los 127,000 dólares anuales que las empresas destinan a un solo desarrollador de software, nos queda claro por qué las firmas de Estados Unidos prefieren contratar a 100 ingenieros en América Latina en lugar de 10 locales con un perfil similar. Sin duda, esto resulta atractivo tanto para empleadores extranjeros como para talentos mexicanos.

No obstante, el nearshoring en el ámbito del desarrollo de software presenta una dualidad que merece atención. Si bien el atractivo reside en los costos reducidos para las empresas extranjeras y los ingresos más altos para los talentos mexicanos, este enfoque desaprovecha el potencial creativo y de valor agregado que los desarrolladores mexicanos pueden aportar al panorama global de la tecnología.

¿Cómo se puede hacer esto de manera diferente? La clave radica en entender que el valor no solo está en la mano de obra, sino en la colaboración estructurada y multidisciplinaria. La idea es transformar la dinámica tradicional del desarrollo de software mediante células que integran distintos roles y talentos. Estas células van más allá de solo codificar: incluyen roles de gestión de proyectos, liderazgo técnico, diseño y pruebas, entre otros.

El cambio hacia un modelo más integrado y colaborativo, donde se fomenta el trabajo remoto y se abren las puertas a talentos de distintas regiones del país, ha sido un punto clave de crecimiento en esta nueva era de trabajo. Esta descentralización de talentos ha permitido acceder a recursos altamente calificados en regiones donde antes no se consideraba viable su contratación, generando un impacto positivo en la diversidad y calidad del trabajo.

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Pero hay un desafío y es la regulación. Si políticas restrictivas obligan a las empresas a regresar a un modelo de trabajo presencial, debido a que no cumplen con la ley al ofrecer a los colaboradores los insumos necesarios para laborar adecuadamente a distancia, perderíamos la oportunidad de reclutar y beneficiarnos del talento diverso que hay en el país. Limitaríamos la conexión entre talento mexicano y las firmas líderes en tecnología en Estados Unidos, Canadá y hasta Europa, privándonos de la posibilidad de que nuestros profesionales ocupen roles de liderazgo en esas compañías.

Es crucial para México no sólo capitalizar su posición geográfica y su acceso a tecnología e información, sino también fomentar la integración de talentos diversos para construir una potencia mundial en el desarrollo de tecnología. La regulación futura en torno al trabajo remoto y el nearshoring debería considerar la flexibilidad necesaria para seguir aprovechando este amplio espectro de talento disperso a lo largo del país.

En última instancia, el nearshoring en el desarrollo de software representa una oportunidad de ganar-ganar si se aborda desde una perspectiva de colaboración, integración y valor agregado. México tiene el potencial no solo de ser una fuente de mano de obra, sino de destacar como un ecosistema tecnológico multifacético que lidere la industria a nivel global.

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Nota del editor: Enrique Bay es Socio Director y cofundador de Atomic32. Tiene un MBA del MIT y una Ingeniería Industrial y de Sistemas del Tecnológico de Monterrey. Siguelo en LinkedIn y en X ( @enriqueBay ). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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