Si bien se ha destacado que las compañías norteamericanas y asiáticas han identificado a México como el punto neurálgico para reducir costos de producción, así como hacer más eficientes sus procesos logísticos, ¿en dónde ha quedado el plan para proveer de bienestar a los colaboradores en territorio nacional y que cumpla con las normativas para evitar y prevenir accidentes?
A nivel mundial se calcula que diario fallecen 1,000 personas a causa de accidentes laborales y otras 6,500 mueren debido a enfermedades profesionales, según la Organización Internacional del Trabajo; lo que representa pérdidas de alrededor del 4% del Producto Interno Bruto mundial. Además, que los trabajadores y sus familias se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad en las que es preciso que las compañías empleadoras tomen responsabilidad, al mismo tiempo que deben resolver la afectación a su productividad, competitividad y reputación.
Por ello, las empresas podrían aplicar el conocido refrán “más vale prevenir, que lamentar”, pues aunque se estima que el nearshoring tardará cerca de 10 años en mostrar resultados tangibles como un crecimiento económico, incremento en la empleabilidad formal, así como en la productividad y desarrollo tecnológico, es justo ahora cuando se tiene la oportunidad de trazar un plan en términos de Salud y Seguridad laboral para los trabajadores de las decenas (esperemos que sean cientos en un futuro) de armadoras automotrices que se instalarán en México.
Esto significa que, si bien las empresas tendrán que invertir en capacitación técnica para desarrollar las competencias que les permitan a los colaboradores ejecutar adecuadamente sus funciones, también requerirán entrenamiento que los ayude a evitar accidentes, lo que contribuirá a generar una cultura de la seguridad preventiva en toda la organización.
Lo anterior, considerando que los riesgos a los que se enfrentarán en las nuevas plantas armadoras pueden ser desde golpes con elementos que caen desde las alturas, cortes provocados por el mal uso de maquinarias o herramientas, choques contra objetos móviles o inmóviles e incluso quemaduras por los materiales que se utilizan como los metales, plásticos o resinas.
Incluso el gobierno nacional ya ha puesto un pie adelante para promover que las armadoras realmente impulsen la capacitación entre su fuerza laboral, pues recientemente se anunciaron los estimulos que otorgará la Secretaría de Hacienda a las empresas; entre los que se encuentra la deducción adicional del 25% durante tres años para gastos de entrenamiento a los trabajadores.
Si esto todavía no fuera suficiente para que las compañías, tanto proveedoras de autopartes como las armadoras, promuevan un plan de Salud y Seguridad en el Trabajo, es prudente recordar que el nearshoring se espera que sea el boom de la década para México, por lo que se tienen grandes expectativas de su impacto en el país como alcanzar una tasa anual de crecimiento del PIB de hasta 5%, ¿pero qué pasaría si los accidentes laborales comienzan a ocurrir en las diferentes plantas del territorio nacional? Lo que ocasionaría afectaciones en la salud de los trabajadores, disminución de la productividad, retraso en la entrega de los productos y, por lo tanto, decremento en las ventas de vehículos.