(Expansión) - Mucho hemos escuchado del nearshoring a raíz de acontecimientos mediáticos como la llegada de Tesla a Nuevo León, pero también como fenómeno postpandemia que aceleró la relocalización de algunos negocios de Estados Unidos a México. Las bondades de nuestro país son claras: la privilegiada posición geográfica, husos horarios similares, la alineación cultural y el talento humano especializado.
Lo anterior no sólo ha fomentado la producción y exportación de productos, sino también de servicios profesionales, especialmente aquellos relacionados con las tecnologías de la información. Estoy convencido que este sector tiene la capacidad de generar una alta derrama económica debido a los salarios más competitivos de profesionistas y técnicos en comparación con la manufactura o el ensamblaje. Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) señala que el nearshoring en México tiene el potencial de generar 150,000 posiciones de trabajo en dicho sector.